El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, hizo este martes un llamamiento a la unidad nacional y contra la división y el extremismo para garantizar la democracia en Etiopía, al recibir el Nobel de la Paz en el ayuntamiento de Oslo. "Quisiera llamar a todos mis compañeros etíopes a unir sus manos y a ayudar a construir un país que ofrezca justicia, derechos y oportunidades iguales para todos sus ciudadanos", dijo en su discurso de aceptación Abiy, que habló de neutralizar la "toxina" del odio con inclusividad, civismo y tolerancia.

Abiy, galardonado con el Nobel por sus esfuerzos por la paz y la cooperación internacional y su iniciativa para resolver el conflicto fronterizo de Etiopía y Eritrea, defendió los ideales del Medemer, palabra amárica -principal lengua etíope- que alude a la convivencia y la unidad basadas en el amor y el perdón.

El mandatario etíope elogió las "históricas" inversiones en paz en sus menos de dos años en el poder: la liberación de "todos" los prisioneros políticos, el cierre de centros de tortura, la libertad de prensa y haber sentado las bases para una "genuina democracia multipartidista", que en unos meses debería plasmarse en elecciones.

Pero no aludió a las tensiones étnicas o a la falta de federalismo que le achacan sus críticos en un país que el año pasado fue el que más desplazados internos registró en todo el mundo.

Elogios

Buena parte de su discurso estuvo centrada en el acuerdo con Eritrea, que cerró un conflicto de décadas, e incluyó varios guiños al presidente del vecino país, Isaias Afwerki, "socio" y "camarada de la paz" y cuya "voluntad, confianza y compromiso fueron vitales para acabar con un "punto muerto" de dos décadas tras la guerra.

Abiy, que aceptó también el premio en nombre de los etíopes, eritreos y de Afwerki, aseguró que poner fin al conflicto fue una de sus prioridades desde que se convirtió en primer ministro.

"Creía que la paz entre Etiopía y Eritrea estaba al alcance, estaba convencido de que el muro imaginario que separaba a nuestros países desde hacía demasiado tiempo debía ser derribado y, en su lugar, había que erigir un puente de amistad, colaboración y buena voluntad", afirmó en un discurso en inglés.

En su alocución previa, la presidenta del Comité Nobel Noruego, Berit Reiss-Andersen, calificó a Abiy de "principal arquitecto" de las negociaciones de paz entre ambos países, aunque resaltó que pasos fronterizos importantes aún siguen cerrados y la falta de progresos en aspectos culturales, sociales y económicos del acuerdo.

Reiss-Andersen recordó los "múltiples retos" de Etiopía como la falta de desarrollo económico y los millones de desplazados, si bien elogió las iniciativas tomadas para promover la paz y la democracia, como la amnistía política, la lucha contra la corrupción, formar un gabinete paritario y el anuncio de elecciones.