Cada día, Sonia Chinea y Efraín Afonso, acuden a su puesto de trabajo para cumplir con las funciones que se les han encomendado. Aunque no quieran, ni pretendan serlo, ambos se convierten con su empeño en un ejemplo que evidencia que pueden realizar cualquier tarea con apoyo y adaptación y que su discapacidad no les impide integrarse en la sociedad y trabajar como cualquier otra persona. Los dos compartieron ayer su experiencia en el foro Empleo y Discapacidad: Reflexión y Acción, organizado por Prensa Ibérica y EL DÍA en el Hotel Escuela de la capital, con la colaboración de Sinpromi y Grupo Número Uno.

Tras la bienvenida del director del periódico, Joaquín Catalán, comenzó la primera mesa de debate de este foro, que giró en torno a las vivencias que afrontan las personas de este colectivo para encontrar un empleo. Además de Chinea y Afonso, participaron la preparadora laboral de Sinpromi, María Jesús Fariña; la técnica de Equipos de Apoyo Individualizados al Empleo-Sinpromi, María del Carmen Hernández; y la directora del programa de radio decano sobre discapacidad en Capital Radio La Caja de Pandora, Paula Romero.

Chinea tiene Síndrome de Down y trabaja como auxiliar administrativa en Teideagua. A jornada completa y con un contrato indefinido, desempeña las tareas propias de una recepción como distribuir el correo o llevar el control de las entradas y salidas. Un trabajo que ha supuesto para ella todo un revulsivo en su vida personal, aunque reconoce que no habría podido conseguirlo sin el programa de apoyo laboral de Sinpromi. "Sin él habría sido imposible", aseguró, antes de añadir que en su caso no le fue fácil conseguir el empleo. "Es muy importante el apoyo laboral", dijo.

La preparadora de Sinpromi, María Jesús Fariña, que ha apoyado a Chinea en este proceso, destacó por su parte la labor de los técnicos de esta organización a la hora de eliminar estereotipos y miedos a la contratación de personas con discapacidad y quiso animar en este foro a los empresarios para que las incorporen en sus negocios. "Que nos dejen entrar en sus empresas, es algo que se puede hacer", valoró Fariña.

Sonia Chinea, quien se mostró totalmente de acuerdo con lo manifestado por su preparadora laboral, quiso aprovechar para agradecer al empresariado que le ha dado la oportunidad para demostrar de lo que es capaz y señaló que "gracias a ellos soy quien soy hoy como persona".

A las preguntas realizadas por Verónica Pavés, redactora del periódico EL DÍA, que se encargó de moderar el acto, Efraín Afonso, que también tiene una discapacidad debido a una enfermedad mental, explicó su experiencia como valet de piso de los Apartamentos Las Pirámides. Él también aseguró que gracias al empleo ha logrado tener una mejor calidad de vida y poder realizarse plenamente. "La discapacidad dificulta encontrar trabajo en algunos puestos. Hay que buscar, por tanto, un empleo que se pueda desempeñar sin problemas con las capacidades que uno tiene", explicó.

Él lo consiguió con el apoyo de María del Carmen Hernández Álvarez de Sotomayor, técnica de los Equipos de Apoyo Individualizados al Empleo (EAIE)- Sinpromi, quien durante el debate señaló que el estigma es el principal escollo para que estas personas logren un puesto de trabajo. "Son los psiquiatras los que dictaminan los diagnósticos y desde Simpromi se ayuda a buscar empleos ajustados de forma individualizada. Hay que evitar la estigmatización", apuntó la profesional. Asimismo, esta preparadora laboral explicó que se trabaja de forma individualizada con estas personas fuera de la empresa para no seguir diferenciándolos en el entorno laboral.

Paula Romero, que además de dirigir el programa La Caja de Pandora es madre de una mujer con discapacidad, subrayó la importancia de dar una oportunidad a este colectivo para ver sus capacidades. "Todos somos distintos, todos tenemos distintas capacidades", afirmó durante su intervención. Aunque le gustaría que "no hicieran falta asociaciones" que defendieran los derechos de este colectivo, reconoció que en la actualidad se sigue considerando "que es un problema de las familias, cuando es un problema social".

Recordó también que la discapacidad no pide permiso y se tiene que tomar conciencia de que le puede pasar a cualquiera, por lo que animó a darles una oportunidad para potenciar todo el talento que tienen estas personas.

Romero consideró por su parte que la sociedad está falta de empatía y "no nos importa si estas personas tienen empleo o no lo tienen". Apeló a la inteligencia del empresario para darse cuenta de la valía del colectivo. "Si tienen un empleo pueden aportar a la sociedad y en cierta manera dejar de ser una carga", insistió.

Efraín Afonso reconoció que a diferencia de lo que les puede haber ocurrido a otras personas con discapacidad, él no ha pasado por situaciones complicadas en su puesto de trabajo debido a su condición. A lo que su preparadora, María del Carmen Hernández, respondió que "estas personas se implican incluso más que otros trabajadores porque quieren demostrar a los demás que pueden hacer lo mismo". En este sentido, aclaró que las preparadoras laborales forman y ayudan a los trabajadores, lo que es una oportunidad para las empresas. "Sólo falta que haya más empresarios que se sumen a la contratación de personas con discapacidad", pidió la profesional.

Mejores condiciones

Chinea tuvo tiempo también para hablar de sus condiciones laborales. Con un contrato a jornada completa e indefinido no puede estar más contenta. "Tengo un sueldo de lujo", admitió.

En este sentido, su preparadora laboral, María Jesús Fariña, quiso poner sobre la mesa que se debe luchar para conseguir que este colectivo tenga empleos de calidad y que no se les hagan "contratos de una o dos horas".

Tras ser preguntada por la moderadora del encuentro, Chinea explicó cómo le ha cambiado la vida con un empleo. "Ha sido una transformación total porque siento que valgo para la sociedad y me permite hacer cosas que me gustan", aclaró.

Efraín Afonso respondió también a la misma pregunta y aseguró que gracias a su puesto de trabajo ha conseguido objetivos laborales y personales que han repercutido de forma positiva en su vida. "Mis jefes me dan las gracias todos los días por mi dedicación", expresó y recomendó a todos los empresarios que si "un trabajador cumple los objetivos lo premien, porque es algo muy gratificante". En la actualidad, su empresa ha contratado a otras dos personas con discapacidad y él mismo se está encargando de formar a una de ellas. "Intento ponerme en su papel y recordar cuando yo empecé, no darme por vencido", sostuvo.

Durante su intervención, la preparadora María del Carmen Hernández destacó que Simpromi ha logrado tener empleadas a 225 personas, pero aprovechó para pedir a los empresarios que contraten más.

Paula Romero no quiso desaprovechar la oportunidad para introducir la importancia de la atención temprana, "que la administración corta a los seis años" y consideró que debe prolongarse esa atención para seguir trabajando con estas personas para que cuando lleguen a la edad adulta tengan más oportunidades y mejore su empleabilidad.

Antes de que finalizara la primera mesa redonda del encuentro, Fariña admitió que el boca a boca entre empresarios fomenta la incorporación de personas con discapacidad porque comparten los casos de éxito. "Tienen que ser valientes", les reclamó.