¿Qué importancia tiene esta Cumbre del Clima en Madrid que no hayan tenido las anteriores?

La importancia de esta cumbre es que todos estamos esperando que los acuerdos que se adopten sean vinculantes de verdad porque en las anteriores cumbres, como la de París en la que se acordaron compromisos entre los países para tomar medidas que eviten llegar al año 2100 con un incremento de la temperatura de hasta 1,5 grados por encima de lo que teníamos en la era preindustrial, sin embargo la realidad indica que no se han materializado dichos compromisos. Así que en esta Cumbre de Madrid confiamos en que se cierre con acuerdos realistas y se tome cartas sobre el asunto porque tenemos que afrontar cambios muy drásticos y muy rápidos.

Una cumbre a la que no acude ni Estados Unidos, ni China, ni Alemania, los tres países más industrializados de sus respectivas áreas geográficas y que, además, son los causantes de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero ¿es una cumbre fallida?

Tendrá efectos, sin duda, y no creo que sean buenos. Estados Unidos es una potencia industrial en el mundo y la industria es una de las grandes contaminantes de la atmósfera por sus emisiones de gases de efecto invernadero, así que el hecho de que no estén tres potencias industriales y no acaben rubricando compromisos será un problema. No obstante el gran problema para el cambio que se necesita es China porque tiene un incremento muy notable en las series de registro de emisiones de gases en los últimos años y lo peor es que no se estabiliza aunque sea en niveles muy altos, sino que la tendencia que vemos es que sigue creciendo. Pero el problema de una potencia como China es que tampoco está incluida como un país en desarrollo en los acuerdos de cambio climático por lo que los objetivos que se le exige son diferentes a los que se aplica a países de la Unión Europea, a pesar de que contamina mucho más.

El ciudadano de a pie, el pequeño consumidor que compra por internet productos a China ¿No es parte del problema del incremento de las emisiones de gases del gigante asiático?

Efectivamente. Hay una gran responsabilidad de las grandes industrias en la emisiones de gases. El 80% de las emisiones de gases las acumulan los países que forman parte del G-20, pero los ciudadanos tenemos que implicarnos más también porque tenemos mucho que decir y una de las medidas que se antojan urgentes es el cambio de nuestros hábitos de consumo. Las compras por internet han cambiado el acceso a muchos productos y eso ha permitido que las industrias crezcan como lo han hecho y que contaminen más. Pero no debemos quedarnos solo en esto, podemos hacer mucho más como cambiar nuestro modelo o hábitos de transporte, utilizar coches compartidos o, mejor aún, transporte público colectivo.

¿Cree que los gobiernos están apostando decididamente por regulaciones medioambientales aunque eso signifique presionar a las industrias que generan riqueza al país, crean empleo y contribuyen al PIB?

Es importante que se regule todo lo que sea posible independientemente de que el cambio climático no lo vayamos a poder revertir ya. No hay marcha atrás. De lo que se trata es de no agravar el problema. Si las proyecciones señalan que para finales de siglo la temperatura global subirá un grado y medio, tenemos que trabajar todos para que podamos mitigar los efectos; poner freno a las actividades contaminantes para que el incremento de la temperatura no supere la proyección que ya tenemos sobre la mesa. Hay que ser valiente y responsable para poner en marcha normativas de calado aunque eso suponga tocar el bolsillo de las empresas con multas, por ejemplo si no cumplen con la limitación que se establezca para las emisiones. Pero lo mismo debe hacerse con el ciudadano que no cumpla con lo que se demanda. Pero sobre todo, lo que hace falta es mucha concienciación, más de la que hay ahora.

Creo que no hay una política que se pueda y deba impulsar desde los gobiernos con tantos informes científicos a favor, que avalen un cambio de paradigma y señalen cuál es el camino a seguir, aunque el inicio de esos cambios puedan entenderse a corto plazo como un problema para seguir creciendo al mismo nivel año a año.

Claro. Hay ciertos sectores como el turismo que llega a Canarias que se pueden ver afectados por el cambio climático y es el principal sector económico del que vivimos en las Islas, pero el modelo actual deja mucha huella en las emisiones, tiene mucho impacto en el territorio y el medio ambiente. Sin embargo, hay que ser conscientes de que, si nos mantenemos en la proyección del aumento de temperaturas, dentro de 30 años el nivel del mar aumentará en cerca de un metro de altura y eso significa la reconfiguración de nuestras costas. El aumento de las temperaturas, por otro lado, puede ser un factor decisivo para que los turistas que ahora nos visitan por nuestro clima no lo hagan dentro de unas décadas porque desaparezca el actual confort térmico del que goza Canarias durante buena parte del año.

¿Cómo afectaría un fenómeno tan habitual en Canarias como las calimas de las que sabemos que no solo se componen de polvo en suspensión, sino que transportan esporas y polen?

Habría que estudiar primero cómo influirá o afectará el cambio climático a la circulación atmosférica cercana a Canarias. Lo que estamos viendo hasta ahora, aunque hay que seguir estudiando el fenómeno, es que el Anticiclón de las Azores se desplaza cada vez más hacia el este a la vez que se intensifica más. Esto significa que los vientos que llegan a Canarias provienen cada vez más del este, justo de la zona fuente del polvo, de la calima. Si sigue esta tendencia, cada vez habrían más calimas y estas serían más intensas, lo que repercutiría también en la salud de las personas que sufren esos episodios de polvo en suspensión. Antes hablábamos de establecer normativas que toquen el bolsillo para obligar al cambio de modelo, pero las normativas también se desarrollan para proteger la salud de las personas. Las masas de aire que llegan a Canarias desde África transportan polvo, pero también polen, esporas y virus. Con los estudios que se han hecho sobre el cambio climático se sabe que algunas enfermedades tropicales pueden aumentar su incidencia en lugares donde antes no la tenían. No quiero ser catastrofista, pero es cierto que puede tener incidencia.

¿Qué se puede hacer desde Canarias, un territorio insular, fragmentado y pequeño que a pesar de tener emisiones muy reducidas afronta un futuro incierto del que se sabe que serán los territorios insulares los primeros que sufrirán los efectos del cambio climático?

Es cierto. Los territorios insulares de todo el mundo serán los primeros en experimentar las consecuencias del cambio climático, del incremento de las temperaturas ya que aumentará el nivel del mar y habrá islas que desaparecerán; otras cambiarán su actual configuración costera, como indican los informes de Naciones Unidas. Y en Tenerife, además, se han hecho estudios sobre temperaturas encontrando una tendencia de aumento desde 1944 a razón de 0,09 grados por década y si hacemos las cuentas, esto significa que desde entonces la temperatura de la Isla ha aumentado en 0,7 grados desde entonces. Y las temperaturas nocturnas aumentan aún más, casi 1,3 grados desde ese mismo año. A pesar de estos resultados, se espera que el aumento de temperatura en las Islas sea menor que en la Península, pero sufriremos un alza de temperaturas, aumento del nivel del mar y mayor frecuencia de calimas, olas de calor y noches tropicales, a la vez que Lanzarote y Fuerteventura experimentarán lluvias muy intensas.