Pol Varela recuerda aquel momento de finales de 2004 cuando están a punto de cumplirse quince años: "Cuando te detectan el VIH pasas inicialmente por todas las fases del duelo. Te quedas en shock y luego llega la negación. Es como si no tuviera que ver contigo. Ignoras que tienes el virus, que no enfermedad. VIH, sí, pero sida, no. En mi caso concreto tengo el virus, pero no he desarrollado la enfermedad".

Pol reconoce que "la vida te cambia, claro que te cambia", pero, insiste, "como a cualquier persona a lo largo de la vida cuando le pasa algo importante. No somos tan distintos a los demás". Por ejemplo está obligado a medicarse aunque sólo toma una pastilla diaria. Hace apenas una semana "me la cambiaron. La anterior me producía efectos secundarios y tenía que tomarla siempre de noche y con el estómago vacío. La nueva, de momento no me da problemas y me la puedo tomar a cualquier hora, normalmente por la mañana. Me advierten de que la única consecuencia negativa podría ser tener diarreas. Por ahora, y espero que siga así, no ha ocurrido".

Pol toma la decisión hace cuatro meses de dejar de ser invisible. O sea, de contar que tiene el virus, aunque sí lo sabía su entorno más cercano, porque, afirma, "considero que alguien tiene que hacerlo. El colectivo de seropositivos está marginado y alejado de la sociedad. Somos grandes desconocidos para la inmensa mayoría y hay que dar la cara para cambiar eso".

Recuerda nuestro protagonista que "hay efectos físicos y psíquicos porque, por ejemplo, la medicación por vía te deja siempre tocado psicológicamente. Aunque también le pasa a personas que tienen otros tratamientos".

Pol pertenece a la comunidad LGTBI y al colectivo Algarabía que lucha por sus derechos en Canarias. Apostilla: "No tenía pareja en aquella época y tampoco ahora, pero en estos 15 años sí he compartido mi vida sentimental con algunas personas. Se nota la marginación, en general, pero, curiosamente, más dentro del colectivo LGTBI que entre mis muchos amigos heterosexuales. No me gustan los guetos". Al respecto, el asturiano cuenta un par de anécdotas: "El pasado mes de junio, durante la celebración del ARN, el Día del Orgullo de Arona le gusté a un chico y todo iba muy bien hasta que le dije que tenía el virus. Directamente desapareció con inusitada rapidez. Y posteriormente contacté por internet con otro que me rechazó por tener el VIH. Luego lo conocí personalmente y el que lo rechacé fui yo porque él me había despreciado antes".

Pol apostilla: "Hay un enorme desconocimiento. Poca gente sabe que al estar medicado no puedo transmitir el virus, incluso teniendo relaciones sexuales sin protección". Sin embargo, valora que "mis amigos se limitan a preguntarme si estoy bien y ya no sale más la conversación"- Respecto a su familia aclara: "Mi madre es muy mayor y prefiero no contárselo. No hay necesidad, Tampoco he hecho una declaración al resto de la familia pero, por ejemplo, mi novela Solo Luis (2018) -tiene un poemario anterior (2017), No encuentro el amor- es prácticamente autobiográfica y ellos la conocen. Ahí estoy claramente reflejado".

No existe un colectivo de personas seropositivas en la isla organizado como tal, aunque sí ONG que trabajan con ellos. Pero Pol sí conoce a muchas personas en circunstancias similares desde que forma parte de Algarabía. "Mucha gente no lo dice, salvo en el petit comité, y hay bastantes más afectados de los que pudiera parecer o cree la gente".

Pol reitera la necesidad de hablar sobre el tema y hacerlo público "aunque te rompan la cara o te insulten. Así lo hizo Marsha Johnson, una activista trans afroamericana durante los disturbios del bar Stonewall de Nueva York hace cincuenta años, el inicio de la lucha por los derechos de las personas LGTBI . Alguien tiene que poner la cara por este grupo de personas marginadas y estigmatizadas que sufren esta lacra. Ese nombre, lacra, lo caracteriza bien".

Pol Varela concluye con una reflexión: "En mi caso si alguien me margina yo seguiré siendo seropositivo y ya está, pero esa persona que actúa de esa manera queda completamente retratada".

Algarabía: apoyo psicológico y prevención

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB), en la que se integra, la Asociación LGBTI Algarabía Canarias, ha exigido a las comunidades autónomas con motivo de este día que cumplan con el compromiso adquirido durante el pasado Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) de adaptar las instrucciones de acceso a los centros residenciales para evitar exclusiones discriminatorias hacia las personas con VIH. Así ha sido reivindicado en un acto organizado para conmemorar la efemérides y enmarcado en el año temático Mayores Sin Armarios: ¡Historia, Lucha y Memoria!

Algarabía Canarias lleva varios años ayudando en la prevención del VIH. De hecho, con el apoyo y financiación del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección de Salud Pública, Algarabía ha puesto en marcha recientemente un servicio de apoyo psicológico a las personas con VIH+, su entorno personal y familiar. El proyecto nace con el objetivo de prestar ayuda psicológica a personas que viven con el VIH, a sus familiares y parejas con el fin de tratar los problemas psicológicos que haya podido ocasionar el conocimiento de su estatus serológico.

Por otro lado, Algarabía cuenta con el programa Preventia, que gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se ha venido desarrollando para mejorar e incrementar el acceso de la población LGTB y en particular de los HSH a la información sobre el VIH y las ITS, el diagnóstico precoz y las estrategias de reducción de daños, así como a promover su salud sexual a través de acciones de sensibilización y prevención, individuales y grupales. El colectivo también presta un servicio de pruebas rápidas de VIH, hepatitis C y sífilis totalmente anónimo, confidencial y gratuito.