El Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife (Icatf) organiza hoy y mañana unas Jornadas sobre mediación dedicadas a Las prácticas restaurativas y su aplicación en distintos ámbitos: comunitaria, trabajo en aula con adolescentes y conflictos entre vecinos y contará con la participación de Anna Vall Rius, profesora de Medios Alternativos de Resolución de Conflictos y Victimología de la Sección de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Barcelona. Valle es también coordinadora del Centro de Mediación y del Máster de Mediación del Colegio de Abogados de Valencia.

Valle explicó ayer que "centraremos las Jornadas a hablar del concepto de práctica restaurativa y justicia restaurativa, un nuevo modelo de Justicia más cercano al ciudadano y que pone el acento, sobre todo, en la reparación de la víctima antes que buscar un castigo para la persona que ha causado el daño". Este modelo persigue además que la reparación del daño a la víctima la haga la propia persona que lo ha causado lo que permite a esa persona escuchar el dolor y la situación de daño que ha causado a otros.

Vall sostuvo que "este contacto entre la persona que causa un daño y la víctima permite al primero ser consciente de las consecuencias que tienen sus actos en los demás". "Es un enfoque de la Justicia Penal mucho más motivador, que invita también a la reflexión sobre los mecanismos actuales que tenemos en el sistema jurídico y penitenciario, que no solo persigue castigar a quien causa un daño, sino que ese castigo sirva a la vez como para su reinserción social".

Sin embargo, afirmó la experta, "nos encontramos en muchos casos en los que los reclusos acaban siendo delincuentes habituales porque las cárceles se convierten en la universidad del crimen. Hay muchas personas que entran en la cárcel y no acaban de entender por qué; muchas veces señalan que es culpa de un sistema injusto, sin plantearse nada más".

La práctica restaurativa, según Anna Vall, prioriza mecanismos de comprensión para que el penado entienda las consecuencias de sus actos, las secuelas que padecen sus víctimas, las vivencias que experimentaron, incluso su dolor.

Vall sostuvo que "lo verdaderamente importante es que quienes son castigados entiendan que no solo se han saltado una o varias leyes del Código Penal, sino el daño que han causado por sus actos".

En este sentido, "se da valor a medidas que sean efectivas para un cambio de actitud ante la vida y ante los demás; este mecanismo permite restaurar el honor y limpiar la imagen de quien ha cometido el daño", explicó la profesora de Derecho de la Universidad de Barcelona quien añadió que "para la víctima también es un mecanismo de seguridad porque le permite también manifestar qué es lo que necesita para sentirse mejor, para compensar el daño que le han causado".

Aunque con estos métodos se buscan caminos más eficaces de reparación de las víctimas y reinserción de los delincuentes, "no es válido ni para todos los delincuentes ni para todos los actos violentos que cometen. Tienen que tener una voluntad de cambio", concluyó.