El juego tiene poder curativo de por sí; sociabiliza a la vez que supone un estímulo social y en el caso de las áreas de juego de hospitales como el de La Candelaria, habilita una herramienta efectiva para la recuperación de los pequeños pacientes que están ingresados en el área Pediátrica. Desde ayer, y gracias a la Asociación Pequeño Valiente, la Fundación Canaria Carrera por la Vida, la Asociación de Amigos del Torneo de Tenis Salvador Lecuona y el Grupo Domingo Alonso, los pequeños que tengan que ser intervenidos podrán entrar en el quirófano subidos en un minicoche eléctrico que conducirán por un recorrido de vinilo que simula una vía de tráfico, con señales y dibujos adaptados para ellos hasta llegar a una divertida zona que simula un taller de reparación justo antes del quirófano.

Entrar jugando en un quirófano, quitarle gran parte del velo de preocupación que supone una intervención quirúrgica para padres y los propios pacientes es, desde luego, una iniciativa "maravillosa y llena de humanidad", como señaló María Belén Sánchez, madre de Lena, una chiquitina que sufrió a los "tres meses de nacer un tumor cerebral bastante complejo porque es atípico y ha entrado en quirófano varias veces con complicaciones". "Ahora está muy bien y parece que con la última intervención quirúrgica podremos salir adelante", comenta mientras su pequeña hija está subida a uno de los minicoches eléctricos.

Ayer ella fue el centro de atención ante los medios de comunicación que acudieron a la presentación de esta iniciativa, pero no cabe duda de que la sonrisa que se dibujaba en su cara en todo momento tenía mucho que ver con la atención que todos los días recibe por parte del personal médico y sanitario de la planta de Pediatría.

Son profesionales que "desarrollan un vínculo especial con los pacientes y que es probable que en otras especialidades no se produzca de la misma manera", reconoció Jorge Gómez Sirvent, jefe del Servicio de Pediatría de la Candelaria. Añadió que "el estado de ánimo de los pacientes crónicos cambia con los juegos y esto es muy importante para curarse, pero también provoca un cambio de ánimo en el personal que cuida de estos pacientes las 24 horas del día, y también el estado de ánimo de los padres porque viven todo el día en el hospital hasta que se le da el alta al niño".

Mercedes Sánchez, supervisora de Enfermería, destacó que "la finalidad es romper un poco con el protocolo de entrar al quirófano en una cama; con los coches hemos visto que los niños entran sonriendo, despreocupados y muy tranquilos lo que también tranquiliza a la familia que espera fuera hasta que termina la operación", añadió

Jorge Lecuona, de la Asociación de Amigos del Torneo de Tenis Salvador Lecuona, explicó que "todos los años y junto a la juguetería Arvelo acudimos al hospital de La Candelaria como pajes para traer juguetes a los pacientes ingresados en fechas cercanas a la Navidad" y añadió que "para nosotros es un momento muy feliz donde recibimos más de lo que damos".

Juan José Jerez, presidente de la Asociación Pequeño Valiente, afirmó que "la asociación y el Hospital La Candelaria llevamos un tiempo colaborando con estos proyectos que significan una gran mejoría para la estancia de los pacientes de Pediatría durante su ingreso", argumentó.