La última víctima mortal en un caso de violencia de género en Canarias, Sara de Celis García, fue degollada y apuñalada varias veces en el cuello durante el ataque que sufrió presuntamente por parte de su novio durante la madrugada del lunes en la localidad de San Isidro, en el municipio de Granadilla. Así se desprende de los resultados preliminares de la autopsia, que fue realizada durante la mañana de ayer en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife.

Según indicaron fuentes consultadas próximas a la investigación, todas las lesiones de arma blanca que presentaba la víctima fueron realizadas a la altura del cuello. Y al menos uno de los cortes longitudinales fue muy profundo.

La prueba forense comenzó en horario de mañana y concluyó pasadas las 14:30 horas. Además, agentes del Equipo Territorial de Policía Judicial de Playa de las Américas continuaron en la jornada de ayer con la instrucción de las diligencias sobre este homicidio y está previsto que hoy el varón detenido, identificado como Jaime, natural de Colombia y con nacionalidad española, pase a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Granadilla de Abona.

Durante la jornada de ayer fueron divulgadas por varios medios de comunicación algunas conversaciones de mensajería instantánea de Sara de Celis con un amigo en el que le expresaba su preocupación por el comportamiento de su pareja sentimental, en la medida en que trataba de controlarle sus contactos en el teléfono móvil. En una de las mismas expone que el ahora acusado se levantó por la noche y fue al baño, donde ella cargaba su teléfono móvil. Supuestamente, la chica natural de León había apagado el terminal y Jaime trató de encenderlo, ya que, cuando ella entró en dicha dependencia y cogió el aparato, en la pantalla se pedía el número de código PIN. En uno de esos intercambios de mensajes, la vecina de Granadilla señaló que se sentía agobiada por la situación; que no sabía cómo decir lo que pensaba a la persona con la que convivía ni cómo gestionar la situación que tenía. Según reflejó el tío de la fallecida, Amador García, a diferentes medios de comunicación durante la mañana del pasado lunes, el entorno de la víctima no tenía constancia de que Sara hubiese iniciado una nueva relación sentimental y aclaró que la joven llevaba saliendo con Jaime apenas cuatro o cinco meses.

En ese tiempo, la actitud del ahora arrestado no permitió sospechar que fuera una persona violenta. De hecho, dicho familiar de la chica afirmó que era un hombre "tranquilo y calmado". Varios vecinos explicaron que, incluso, atendía y sacaba a la calle a la abuela de Sara, ya que los tres residían en el mismo piso, en la calle El Saltadero.

Sin embargo, otros ciudadanos explicaron a las autoridades que en varias ocasiones también los habían escuchado discutir, lo que sería un indicador de que la pareja ya tenía problemas y estos se exteriorizaban con peleas y enfrentamientos. En los momentos previos a la tragedia, hubo tres llamadas. Una de ellas la pudo realizar la propia víctima, según indicó la concejal de Seguridad y Emergencias de Granadilla de Abona, María Candelaria Rodríguez González, el día de los hechos.

Las otras dos comunicaciones fueron con el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno canario, que activó inmediatamente a agentes de la Policía Local de Granadilla, guardias civiles y personal de una ambulancia.

Los primeros en llegar a la vivienda fueron agentes municipales, que encontraron a la víctima con importantes heridas de arma blanca en el cuello. Además, en el domicilio estaba el presunto autor del homicidio, que estaba lleno de sangre y se había hecho varias lesiones, supuestamente con la intención de suicidarse o, al menos, de simularlo. Y ofreció resistencia a su detención.