La familia de Sheila Dorta Abreu continúa su particular lucha judicial contra lo que considera que fue un presunto caso de mala praxis profesional. En junio del 2014, esta adolescente fue operada con laparoscopia en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Por lo general, tras ese tipo de intervención para frenar su reflujo gastroesofágico, en uno o dos días debía regresar a casa. Pero no fue así. Su estado empeoró gravemente, fue trasladada a Madrid cuando su situación supuestamente ya era casi irreversible y falleció allí el 16 de julio. Su madre, Edelcia Abreu, critica que "llevamos dos años esperando por un informe pericial", que bloqueado todo el proceso. Tras las gestiones que encargó a su abogado, la respuesta que ha recibido esta mujer es que realizar esa prueba tendría un elevado coste.

Cuando esta familia de Erjos (El Tanque) decidió presentar una querella en marzo del 2016, se aportó un informe pericial de parte. Y desde el Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna se decidió pedir un segundo estudio técnico del asunto en febrero del año siguiente a médicos forenses del Instituto de Medicina Legal. En este otro documento se concluyó que no se había producido una mala praxis por parte de los profesionales cirujanos que fueron denunciados. Ante esa realidad, la autoridad judicial decidió hacer gestiones con la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia para que se procediera al nombramiento de un perito especialista en pediatría y aparato digestivo.

Una prueba "muy gravosa"

Pero ese tercer documento todavía no ha comenzado a elaborarse. Edelcia explica que su letrado pidió explicaciones al Juzgado de La Laguna para saber cómo iba el asunto a finales de septiembre. En un documento que se le hizo llegar a la denunciante, la jueza responde que "se están haciendo gestiones con la Dirección General para que proceda al nombramiento de peritos, según lo acordado por este Juzgado y confirmado por la Audiencia Provincial, por ahora con resultado infructuoso por considerar la citada Dirección General que la prueba sería excesivamente gravosa".

EL DÍA trató de recabar la versión del abogado de la familia de Sheila, Andrés Martín Cruz, aunque este rechazó hacer cualquier declaración sobre este asunto, al menos por ahora.

Frente a esa postura, la madre de la menor fallecida quiere denunciar que está "desesperada". "Para mí, está de más ese tercer informe", en la medida en que retrasa que el caso llegue a juicio de una vez, apunta Edelcia. "Los familiares no queremos" ese estudio pericial, "ya que no sabemos siquiera quién lo va a hacer", después de que su representante jurídico haya interpuesto varios escritos reclamando que se agilicen los trámites.

Los problemas que Sheila Dorta tenía por su reflujo gastroesofágico, con afonías frecuentes, llevaron a que un médico aconsejara a sus padres una intervención quirúrgica para prevenir las consecuencias del mismo en el futuro. Tenía 13 años. El 9 de junio del 2014 ingresó en el HUC y al día siguiente, un martes, fue operada. "Desde que despertó estaba muy mal, con dolor en un lado del abdomen, vómitos y náuseas", recuerda su progenitora. Esta mujer lamenta que "estuvo cuatro días sin dormir, solamente le daban calmantes y le decían que era una mimosa". A la familia le habían dicho que, tras una intervención de este tipo, al día siguiente o a los dos días podía regresar a su vivienda.

Según Edelcia, "le decían que se tenía que levantar a caminar y a que comiera para que se recuperara". "El sábado la saqué al patio, pero se levantó y tenía los ojos amarillos", lo que supuestamente significa que tenía ictericia, explica la denunciante. Apunta que "ese día le hicieron una analítica y detectaron que tenía un elevado índice de infección". Fue llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Esta vecina de El Tanque comenta que, después de cuatro días sin hacerle pruebas, le dio una trombosis en la vena porta, en su rama izquierda. También tuvo una peritonitis y un "shock séptico". El 27 de junio fue sometida a una operación y tres días después fue trasladada a Madrid. Edelcia dice que ya tenía el hígado muy dañado y un cuadro de sepsis severo. No se olvida de lo que le dijeron unos especialistas en la capital española: "Su hija viene necrosada por dentro, para que usted lo entienda, podrida; no sabemos por dónde cogerla", explica la vecina de El Tanque. Mientras estuvo en el centro hospitalario madrileño, la joven permaneció sedada.

También señala que en su momento la advirtieron de que "ustedes van a tener que pedir responsabilidades por cómo la niña llegó en este estado". Edelcia Abreu González ansía que termine ya el proceso judicial y cerrar, al menos, una pequeña parte de su particular calvario. Evoca que "le juré a mi hija Sheila que iba a buscar la verdad, porque ella entró por su propio pie y salió en un ataúd". En la querella presentada en marzo del año 2016, la familia de la menor solicitó responsabilidad civil y penal contra dos cirujanos del HUC. El fallecimiento de Sheila ha supuesto "un duro golpe para toda la familia".