El activista Robert Kennedy Jr. (hijo del asesinado Bob Kennedy y sobrino del también fallecido en atentado expresidente estadounidense John F. Kennedy) prácticamente dejó Canarias para visitar un calabozo de la capital de Estados Unidos. La detención se produjo cuando participaba el viernes último en una de las habituales protestas que capitanea la también activista, actriz y escritora Jane Fonda contra la desatención que el Gobierno estadounidense brinda a las urgencias que se multiplican por el avance del cambio climático.

El lunes de la semana pasada, Kennedy Jr. fue el plato principal de la jornada Emergencia climática en Canarias desarrollada en el municipio de Adeje. Con la organización de Energyhub, el evento trajo nuevas opiniones sobre cómo avanzar en la descarbonización y salvar así el planeta.

Lejos de las teorías que colocan en manos de los políticos las decisiones a la hora de marcar el camino, el estadounidense abogó por la creación de un mercado completamente libre que facilite e incentive la participación de todos los ciudadanos en la generación de la energía

De las palabras, Kennedy Jr. pasó solo tres días después a los hechos. Era el sexto viernes consecutivo en que Jane Fonda se manifestaba dentro de una campaña bautizada como Friday Drill Dray. La actriz deja ver su malestar cada siete días y lo hace expresando en la calle su preocupación por los evidentes cambios que pueden observarse en la meteorología a lo largo y ancho del planeta.

Como los expertos han venido advirtiendo desde décadas pasadas, se multiplican las inundaciones, y los periodos de sequía son también más abundantes y prologandos. Ante los exabruptos apartados de la realidad científica que no cesa de verter el presidente y magnate estadounidense, Donald Trump, Fonda -hija y hermana de los también actores Henry Fonda y Peter Fonda, respectivamente- ha decidido llevar a la calle sus protestas.

Y ha dado un paso más allá. Ya no se trata de abrir un debate ni de sentarse a explorar las vías a tomar en el medio y largo plazo. La protagonista de filmes como Barbarella y Klute ha comenzado a conjugar el verbo exigir y el objeto directo de su discurso lleno de sentido es la Administración Trump, que en su opinión, y en la de cualquier persona en su sano juicio y sin intereses electorales que satisfacer, debe abordar cuantas decisiones sean necesarias para revertir la situación.

Ahí, a su lado, se situó el bueno de Robert Kennedy Jr., todavía con el regusto del mojo canario en el paladar. A su amiga Jane la detuvieron en las cuatro primeras protestas. Si le colocan los grilletes una vez más, dará con sus huesos en prisión y pasará allí un mes. Una aventura en absoluto recomendable en general y menos para una mujer de 81 años de edad en particular.

Además, una cosa es sacar (más) los colores a Donald Trump y otra incumplir compromisos. Por ejemplo, la grabación de la exitosa comedia televisiva.

Grace & Frankie.

De ahí que Fonda dejara la protesta mientras la policía se preparaba para intervenir. Aplaudida en su comprensible retirada, se situó en un balcón cercano para desde allí observar las evoluciones de los suyos.

Desde allí pudo ver cómo en esta ocasión las esposas se cerraban en torno a las muñecas de Robert Kennedy Jr. No solo él se vio sujetado por los policías que se situaron entre los manifestantes y el Senado. También las actrices Marg Helgenberger y June Diane Raphael sufrieron el arresto. Hacinamiento, obstrucción e incomodidad fueron los cargos que se les imputaron.