El pasado 6 de noviembre fallecíó el empresario grancanario Pepe Macdonald dejando desolados a sus familiares y amigos. Y la actriz Kira Miró ha querido dejar un bonito mensaje a su progenitor por su fallecimiento en sus redes sociales.

"Todavía creo que estoy soñando y que vas a aparecer con tu gorro y tus maracas a despertarme con esa música de las mañanas. Porque siempre había que despertarse bailando!", comenzó escribiendo la actriz en una larga publicación.

"Todavía creo que vamos a pasear por las Canteras y vamos a tener que parar cada 3 metros a saludar a alguien porque, otra cosa no, pero a "public relations" no te gana nadie. Todavía creo que vamos a reír juntos y a hacer reír a la gente con tus bromas y tu particular sentido del humor, tan único, tan tuyo... Todavía creo que te voy a poder mirar a esos ojos que tienes y me vas a hacer la ola con tus cejas y tu mirada de seductor nato", continuó.

"Pero por ahí arriba deben estar un poco aburridos y te han debido de reclamar antes de tiempo. Hace falta que el gran Pepe Macdonald amenice el mundo de las cielos y como, si a ti te dicen "ven lo dejas todo" has optado por subir a cantarles un par de canciones y a echarte un par de "tales y cuales" por allí. Vuela papi, vuela alto, que yo seguiré echándote de menos cada minuto e intentaré estrujar la vida como tu lo hiciste. "Ante el peligro: valor hija" te prometo que lo haré", finalizó.

Una semana del fallecimiento de Pepe Macdonald

"Escribo en nombre de la familia para informarles que nuestro querido Pepe MacDonald ha pasada la página de esta vida en la madrugada de hoy", comunicó Margarita Martín sobre la muerte de su marido Pepe MacDonald, a los 71 años.

"El gran Pepe Mac quien tantas alegrías, sonrisas y carcajadas ha desprendido en estos años les da las gracias a todos por esos bellos pasos que caminaron juntos", expresó su mujer en un mensaje dirigido a sus amigos y allegados.

Comenzó su aventura laboral nocturna en El Trébol, el local de unos amigos en la década de los 70, hasta que a los pocos meses abrió su propio negocio, el MacDonald, el primero de toda una saga de bares de moda en Las Palmas de Gran Canaria.

El legendario MacDonald de la calle Nicolás Estévanez amplió la oferta del ocio nocturno capitalino y adquirió gran popularidad. "Después abrí el MacDonald R y luego el Jardineto que estaba en Mesa y López", contaba el empresario en una entrevista que concedió a LA PROVINCIA . A partir de entonces, la lista de locales iba creciendo: Pepe MacDonald para los amigos, Pepe MacDonald en exclusiva, el Golden Hat, el Taxi Taxi o el Toca Toca.

En esa entrevista, Mac recordaba cómo en sus locales se juntaban tres generaciones que veían satisfechos sus gustos musicales. "Se creó un movimiento en el que la gente confiaba en el que regentaba el negocio". "...Yo sembré, ante todo, hospitalidad, servicio y alegría". Algo muy básico, ya que desde su punto de vista "de lo que tiene ganas cualquiera es de dar con gente positiva". Y eso se consigue "yendo a trabajar como si se saliese a un teatro y no con la posición de waiting for, esperando con los brazos cruzados".

MacDonald siempre estuvo pendiente de todo lo que sucedía alrededor de su negocio. "El equipo es muy importante, pero el dueño ha de estar continuamente controlando su local. Lo que viene a ser el ojo del amo". Ese mismo mandamiento se lo llevó con él cuando al cerrar el último de sus bares se marchó a Lanzarote, donde trabajó para unos amigos y luego cogió una discoteca. "Después me dediqué al negocio de la inmobiliaria", aunque su centro neurálgico seguía siendo la hamaca siete, pero esta vez del hotel Los Fariones.

Volvió en el año 2000 a la Isla y colaboró con otros "colegas", hasta que en 2005 se trasladó a la capital española para estar con sus hijos Ciro, Kira y Sarah. En Madrid, "que ya es Macdrid", bromeaba entonces, hizo las veces de "embajador de Canarias". El restaurante Ten Con Ten se convirtió en un lugar de frecuente visita para él, hasta que desde sus Islas le llamaron para decirle que le "echaban de menos", contaba.

Lo que a Pepe MacDonald le gustaba era "cantar y bailar", porque decía llevaba la música por dentro. "Quiero promover que la gente cante más por las mañanas... Porque cantando se alegran los corazones". Este deseo evoca a los suyos, "a un gremio artístico", en el que no solo están sus hijos actores, sino también sus hermanos Alberto y Sergio, fundadores de Los Gofiones. "¡Ah!, tampoco me olvido de mis sobrinos que también se llaman Alberto y Sergio, ni de mi cuñada María Miró que es directora de cine, ni mucho menos de mi querida exesposa Marta Miró, una auténtica profesional de la producción cinematográfica".

Pero para Pepe MacDonald lo más importante en su vida era el positivismo. "El humor es lo último que se pierde", aseveraba y ejemplificaba a cada momento. Para Pepe MacDonal la actitud es lo más importante y, pasese lo que pasase "el día tiene que ser maravilloso".