"Camping salvaje en una playa hippy para probar una vida hippy". Así se anuncia en internet un tal Antonio para alquilar, a 15 euros la noche, una caseta de campaña en la zona costera protegida de La Caleta, dentro del municipio tinerfeño de Adeje. Todo bien, salvo por un pequeño detalle: se trata de un espacio público y, además, protegido por su gran valor ecológico e histórico. Lo denuncia así en su página de Facebook la Fundación Telesforo Bravo y Juan Coello, que siempre está al quite para advertir las barbaridades que se cometen con el patrimonio natural isleño. "Antonio ha usurpado terreno público en un Espacio Natural Protegido", explica la Fundación, para añadir: "Ha puesto una base de rocas alterando y degradando el suelo y los animales y plantas que viven en él".

Añaden desde el colectivo: "Por si fuera poco reserva el espacio como wild camping on the hippy beach-try hippy life", que en español significa acampada salvaje en la playa hippy, prueba la vida hippy". Así lo anuncia en el portal global especializado en alojamientos AirBnB. La Fundación se dirige directamente al que firma como responsable de este desaguisado ecológico. "Antonio, lo tuyo es increíble. Una cosa es ser hippy y no molestar a nadie, pero esto que haces no tiene nada que ver con serlo, estás traficando con nuestro medio natural y eso nos molesta y nos indigna".

Pero Antonio no es el único que se lleva el reproche de la Fundación Telesforo Bravo y Juan Coello, que apostilla: "Tampoco entendemos el abandono que sufre esta zona por parte de las autoridades competentes. La degradación que está soportando los últimos tiempos puede ser irreversible". Comentarios para todos los gustos a raíz de la publicación pero con un doble denominador común: sorpresa e indignación. Por ejemplo hay quien considera que "estamos desprotegidos legalmente contra estos ladrones de lo público". "Las autoridades hacen la vista gorda ante esta situación porque ya hay un proceso de especulación abierto con miles de millones aportados por mafias foráneas".

"Todo es posible en las Islas"

Otros parecen haber visto superada su capacidad de sorpresa y usan el recurso de la ironía: "Increíble, pero todo es posible en estasIislas. Aquí cualquiera puede hacer lo que le dé la gana. De milagro un día no nos despertamos con una pequeña central nuclear". Hay quien apuesta por el humor: "Pues si las autoridades no actúan pronto montara un kiosco para vender bebidas y comida y todo ilegal y sin pagar ningún tipo de impuestos". También los hippies tienen su público con comentarios como "a la peña que va en plan hippie o que lo son: guerrear parece que es una norma no escrita en su estilo de vida" o "¿Hippie? Si no sabe ni escribir la palabra. El hippie vive en concordancia y respeto absoluto con el medio natural. Este es hippie de tarjeta de crédito".

El tercer bloque de respuestas refleja indignación y la exigencia de dar una respuesta por parte de la administración competente. Desde el "pero vamos a ver, la culpa es del que lo permite y no saca a Antonio por los pelos de ahí" a "supongo que el tal Antonio tendrá sus datos en el anuncio. Pues a por él. A denunciarlo". Por último dan ideas: "A Antonio le puede caer una multa considerable. Se pone en aviso a la Apmun e inicia el expediente".