El hombre acusado de matar a su esposa en enero del 2018 en una vivienda de Los Realejos, Esteban H. D., afirmó ayer que en el momento de los hechos únicamente trató de defenderse, después de que la víctima supuestamente lo atacara primero con un cuchillo. Tras una pregunta realizada por el abogado de la acusación particular, el procesado manifestó que "se trataba de la vida de ella o de la mía".

Ante el Tribunal del Jurado que deberá decidir si es culpable o inocente de los hechos, el hombre indicó que se produjo un forcejeo, que él cayo a un sillón y después, ella sobre él y, seguidamente, ambos terminaron en el suelo, pero esta vez la afectada quedó debajo y, además, herida de muerte. Sin embargo, como dejó claro el fiscal, José Luis Sánchez-Jáuregui, en el suéter que tenía puesto la ciudadana de origen latinoamericano en el momento de los hechos no quedó rastro sangre de Esteban.

Ayer comenzó el juicio por homicidio contra el marido de Jenny Sofía. Ambos convivieron durante una década, pero en los meses previos al trágico suceso la relación se deterioró de forma irremediable, principalmente después de que la víctima llegara a convivir con otro hombre durante doce semanas y de que Esteban no quisiera perder la custodia sobre una nieta de Jenny Sofía a la que reconoció como hija, sin serlo, y a la que cuidó durante la mayor parte de su vida. Según dejó entrever ayer en el inicio de la vista oral, la mujer fallecida y la madre de la menor querían recuperar el control sobre la pequeña. Y Esteban pensaba que la vida que llevaba la progenitora no era la indicada para la niña.

Esteban H.D. aseguró que la tarde de los hechos, el 19 de enero, se disponía a bañarse, y Jenny Sofía sacó un cuchillo, para decirle a continuación: "¡Te voy a matar, hijo de perra!". Ayer comentó que, en un principio, pensó que la mujer estaba bromeando, pero su percepción cambió cuando sintió que lo "pinchó por primera vez".

Ante el Jurado, relató que retrocedió hasta el baño, donde pretendió refugiarse, pero que la mujer logró vencer su resistencia y se introdujo en dicho espacio. Contó que, tras salir de allí, ambos se encontraron de nuevo en el salón y forcejearon antes de caer en el sillón y de que ocurriera el homicidio. Durante el primer interrogatorio, el fiscal planteaba preguntas sobre cómo ocurrieron los hechos y el acusado casi siempre respondió con un planteamiento diferente al existente en el sumario. Ante una pregunta de la Fiscalía, contestó: "no sé por qué quería matarme, pero tenía razones". Aclaró que una era "la custodia de Ana Sofía", la nieta de Jenny a la que él reconoció como hija desde que fue una bebé y a la que cuidó y atendió como si fuera un familiar biológico. Para Esteban, el otro motivo de su esposa para asesinarlo era quedarse definitivamente con la casa y el resto de todos sus bienes, que el ahora acusado, cuando todavía había una buena relación (2013), le había puesto a su nombre, a cambio de mantener el uso de los mismos mientras viviera.

El beso en la frente tras las puñaladas

El acusado explicó al Tribunal del Jurado que en agosto del 2017 le compró un coche a la víctima. Desde ese momento, Jenny Sofía empezó a trabajar y pudo tener más libertad de movimientos. El procesado señaló que su esposa comenzó a abandonar la casa temprano y a llegar tarde en los días laborables, mientras que los fines de semana salía a divertirse, supuestamente con las amigas. Esteban reconoció que tenía sospechas de que la mujer tenía una nueva relación, y así se lo confirmó la niña sobre la que tenía la custodia. Ese mismo mes, Jenny Sofía le dijo que había conocido a otro hombre, con el que después convivió cerca de tres meses en San José de los Llanos (El Tanque). En enero del 2018, la víctima regresó a la vivienda de Las Llanadas, donde residía Esteban. El 8 de enero lo denuncia, supuestamente por malos tratos psicológicos, pero retiró la acusación y el caso se archivó. Ambos siguieron conviviendo, a pesar de que la Policía Nacional advirtió a la mujer de que dejara de compartir casa con su marido. El 14 de enero, Esteban acudió al centro comercial El Trompo con su nieta y allí encontró a Jenny Sofía hablando con el hombre con el que estuvo meses antes. Así lo reconoció el presunto homicida a una pregunta de la abogada del Instituto Canario de Igualdad, a quien le aseguró que no se enfadó por esa circunstancia. Añadió que la que se enfureció fue la nieta de Jenny Sofía. Durante la madrugada del 19 de enero (la jornada en que ocurrió el trágico suceso), Esteban y su esposa mantuvieron relaciones sexuales, que supuestamente fueron consentidas y a petición de ella, según declaró ayer el individuo acusado. En la vagina y el ano de la víctima aparecieron restos de semen de Esteban, según especificó ayer el fiscal. Después de acabar con su vida, este vecino de Los Realejos comentó al Tribunal que besó a su esposa en la frente y le dijo: "Teníamos que llegar a esto...".