Helen Tager-Flusberg lleva más de 40 años investigando el autismo. Profesora de la Universidad de Boston, es en la actualidad, gracias al rigor de sus trabajos, una de las voces más autorizadas en el mundo para hablar del trastorno del espectro autista (TEA). Ha sido presidenta de la Asociación Internacional para la Investigación del Autismo y esta semana está en Madrid para participar en las II Jornadas Neurocientíficas y Educativas que organiza la Fundación Querer. Tager-Flusberg conoce las dificultades que encuentran los niños autistas en la comunicación y es experta en su proceso de aprendizaje.

¿Cómo pueden los niños autistas superar los trastornos del lenguaje?

Lo esencial es motivar a los niños, animarles a hablar mediante el juego. Ese es el objetivo del sistema JASPER, que diseñó la doctora Connie Kasari, con quien colaboro en diversos trabajos para ayudar a los niños con menor predisposición a hablar. JASPER, que son las siglas en inglés de Joint Attention, Symbolic Play, Engagement and Regulation, es un programa que, mediante el juego, está ayudando a los niños autistas con mayores dificultades a mejorar sus habilidades de comunicación.

¿Cómo se les ayuda en el aula? ¿Qué tipo de actividades son adecuadas?

En clase hay que conocer qué le interesa al niño -qué es lo que más le gusta- y construir la metodología de aprendizaje situando el centro de atención en aquello que al niño autista más le motiva. Si le gusta jugar con trenes, no podemos decirle "vamos a guardar los trenes para aprender matemáticas o historia". Hemos de integrar los trenes en el proceso de aprendizaje para no perder su atención. Conseguir su motivación es clave.

¿Y en casa? ¿Qué puede hacer la familia para ayudar a que el niño autista mejore su comunicación?

Lo primero y más importante, que los padres disfruten de su hijo o hija. A veces, solo ven en el autismo las dificultades y se olvidan de los momentos maravillosos que viven junto al niño. Sé que no es fácil, pero hay que aprender a disfrutar de ellos. Cuando son pequeños, jugando, y cuando crecen involucrándonos en aquello que les interesa y abrazando sus pasiones para compartir tiempo con ellos. Asumir la condición de un hijo autista ayuda a tender puentes y favorece su comunicación.

¿Los niños con necesidades especiales deben ir a colegios especiales o a colegios ordinarios donde se integren con todos los alumnos? ¿Qué es mejor?

Lo mejor es la inclusión. Lo más oportuno es que los niños aprendan a ver sus diferencias con naturalidad porque es siempre más lo que los niños tienen en común que lo que les diferencia. Es mejor abordar el problema desde lo que une, no desde lo que diferencia.

¿Qué retos afronta la ciencia para mejorar la vida de las personas con autismo?

Soy tremendamente optimista. Cuando yo empecé a investigar se sabía muy poco del cerebro y la evolución del niño autista. Pero, ahora, hemos aprendido, avanzado y entendido mucho mejor el funcionamiento del cerebro. Hoy, gracias a lo que conocemos, los niños autistas alcanzan un progreso que hace 40 años no alcanzarían. Soy muy optimista de cara al futuro.