Varios proyectos educativos proponen desde la escuela pública rescatar la tradición canaria de los finaos, que a primeros de noviembre honra a los difuntos con el núcleo familiar como eje. Una línea de trabajo didáctico que, en paralelo, precisamente invita a la familia a acercarse al colegio.

Rememorar esta costumbre para contribuir a que no quede en el olvido. Y desde una perspectiva colectiva. Para reunirse y compartir tiempo de curiosidades y emociones, recrear el ambiente como antaño y centrar la atención en los mayores de la casa. Guitarra, castañas y sabiduría, en resumen.

El desarrollo práctico de la propuesta en el aula pasa por pedir a los alumnos que compartan aquellas anécdotas de sus difuntos -finaos no es otra cosa que muertos- que más hayan llamado su atención, así como las emociones vividas. Las fotos apoyan su discurso y los objetos simbólicos recuerdan a los que faltan. Un cuestionario de curiosidades les permite ayudar a sus mayores a recordar y una jornada especial invita a los familiares a la escuela. Para hablar de cómo celebraban ese día en sus casas o contar las mejores anécdotas.

Un ejemplo de que es posible llevarlo al itinerario curricular del curso es el blog especializado En el corazón de infantil. Plantea cinco ejes para atraer a los más pequeños al mundo de los finaos.

Ejercicio sensorial. Llenar un cuenco de castañas, tocarlas con las manos y sentirlas cómo son. ¿Rugosas? ¿Lisas? ¿Pican? ¿Suaves? ¿A qué huelen? ¿Huelen igual las castañas asadas?

Degustación. Si cada niño trae unas cuantas castañas se puede hacer una gran asada para alumnos y profes. ¿A qué saben? ¿Nos gustan? ¿Son tiernas o duras? También almendras, nueces y dulces.

Nuestras castañas. Pintamos castañas con pintura de dedos y acuarela marrón, las hacemos con plastilina también marrón...

Ranchos de ánimas. ¿Qué son? ¿Cómo cantan sus integrantes? Escuchamos algunos con apoyo de vídeos ¿Algún abuelito de la clase conoce sus letras y puede venir a cantarnos? ¿Y si nos aprendemos un trocito de canción? Los niños más grandes pueden interpretar y tocar un tema de un rancho de ánimas con ayuda del profe de música.

¿Qué hemos aprendido? Ojalá mañana el olor a castañas asadas inunde todos los coles de Canarias y poquito a poco se vaya recuperando esta tradición. Vamos a celebrar los finaos. Otro ejemplo: Mi blog de Tercero y Cuarto recuerda: "Tal día como hoy, después de la merienda en las casas, se sale a la calle y la celebración pasa a ser cosa de todos. Son los ranchos de ánimas con cantos que rondaban el pueblo o el barrio al son de malagueñas. El grupo aparece por la plaza del pueblo a coger un vasito y empezar a beber anís y ron miel. En un cono de papel cae un puñado de castañas tostadas entre cientos de personas que se juntan delante de los fogones de leña donde las tuestan. Participa todo el pueblo con parrandas que ponen el toque musical y divertido a la noche.

Todo esto escrito en presente porque, aunque los finaos retroceden cada año por la fuerza de Halloween, son la auténtica tradición canaria a la hora de honrar a los muertos Al menos en algunas escuelas se trabaja por mantenerla y transmitirla. Difícil pero no imposible.

De 1 al 2 de noviembre

El blog de Rocío Orta recuerda que los finaos "se celebran en muchos lugares del archipiélago desde el 31 de octubre al 2 de noviembre" aunque este último "es el día". La referencia es una fiesta popular canaria tradicional en la noche previa al Día de Difuntos (del 1 al 2 de noviembre). "Esta tradición -apunta Orta- se está perdiendo debido en gran parte al auge de la influencia anglosajona de Halloween".

Siempre en familia

Por la tarde se reunían las familias para honrar a sus difuntos. La mujer de mayor edad recordaba a los muertos, contaba anécdotas y se compartía una merienda con los frutos de temporada. Castañas para asar, almendras y otras frutas, higos y tunos (higos picos). Todo acompañado de vino dulce, anís o ron miel. Los elementos de la celebración familiar o bien lo que se iba a buscar y/o llevar a los finaos. La mayor parte de las diferencias en cuanto a quién participa -la familia, los jóvenes, los vecinos...-, dónde se realiza -en las casas propias, de los abuelos, los cercaos- y qué se consume se explican por el carácter de la tradición, la zona de celebración o la propia economía familiar.