Esta semana en Canarias está haciendo un calor que se puede considerar inusual a finales de octubre. Sin embargo, atendiendo a las previsiones de las que vienen advirtiendo los científicos desde hace años y a los registros climatológicos de este mes concreto en la última década, quizás no es tan extraño que la población deba volver a vestir manga corta.

La pérdida del otoño es una de las tantas consecuencias que el cambio climático está teniendo en el Archipiélago. Las suaves temperaturas que caracterizan los meses otoñales (septiembre, octubre, noviembre) están perdiendo su hueco debido a la crisis climática que afecta a nuestro planeta. Canarias, que además nunca se ha caracterizado por tener un gran contraste entre estaciones, corre el riesgo de perder estos meses de tregua entre el calor más sofocante y el frío más extremo.

30 grados a finales de octubre

Ayer se registraron temperaturas máximas que rozaron los 30 grados en algunos puntos y la jornada estuvo acompañada de polvo sahariano debido al cambio de posición del anticiclón que se encuentra encima de las Islas.

Concretamente, ha estado fluyendo desde el este, arrastrando a su paso esa arena del desierto de Sáhara que en Canarias se ha estado manifestando como calima y bochorno. Y, aunque el calor no es tan elevado como el pasado sábado -cuando alcanzó niveles máximos debido a la corriente convectiva- siguió presente en la jornada de ayer. La calima, tal y como prevé la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), continuará caracterizando el tiempo hoy, e irá remitiendo progresivamente a partir de mañana.

Lo hará coincidiendo con una nueva modificación de la circulación del anticiclón. "Tendrá componente nordeste y marítimo, es decir, será un alisio más puro", explicó el delegado provincial de la Aemet, Víctor Quintero. "Aunque comenzará el jueves, lo empezaremos a percibir el viernes", aseguró Quintero. "Habrá un descenso de temperaturas sin que lleguen a darse temperaturas muy frías", constató el delegado provincial.

Para el fin de semana, los datos prevén un aumento ligero de las temperaturas y, la semana que viene está previsto que vuelvan a descender e incluso puedan caer precipitaciones débiles en la vertiente norte del Archipiélago. Ese "chispeo" se generará como consecuencia del alcance de uno de frentes de la borrasca que afectará al norte de la Península.

Este octubre, aunque está siendo "algo más cálido de lo habitual" -usando como referencia los valores medios de la serie 1983-2010- , no sigue más que una tendencia que se ha estado afianzando durante los últimos años. Desde principios de esta década, prácticamente todos los octubres han sido más cálidos o extremadamente cálidos con respecto a los valores medios normales. Pero, en general, este aumento de temperaturas se ha experimentado en todas las estaciones y en todos los meses del año.

"Lo que hace quince años considerábamos indicios de la crisis climática, hoy ya podemos concluir que son evidencias", afirmó Quintero. Porque, aunque el comportamiento "no es lineal", sí que ha tendido a un "ascenso regular". De hecho, el octubre de 2018 fue el primero en varios años en ser "normal" e incluso, en algunos puntos "más frío de lo habitual". En el otro extremo se encuentra el octubre de 2017, que ha sido el segundo más caluroso registrado en los últimos 75 años. Una ola de calor que afectó a las Islas a mediados de ese mes de 2017 elevó las temperaturas medias hasta los 29 grados y llegó a provocar temperaturas máximas que superaron los 43 grados centígrados.

Según el estudio The weather and climate change of Macaronesia: past, present and future, publicado en el 2013, en los últimos 40 años ha aumentado la temperatura en Canarias aproximadamente medio grado. Y las estimaciones para final de siglo no son mucho mejores. En 2100 la temperatura media habrá aumentado entre 1,4 y 2,7 grados (dependiendo del escenario de emisiones de dióxido de carbono al que se enfrente la humanidad). Las temperaturas máximas, por su parte, tenderán a incrementarse entre 1,9 y 3,4 grados centígrados.

El otoño, el más afectado

Así lo constata, de hecho, un estudio publicado por un grupo de investigación de la Cátedra de Reducción de Riesgos de Desastres y Ciudades Resilientes de la Universidad de La Laguna (ULL), que afirma que el otoño probablemente será el más afectado por este incremento en las temperaturas. En el estudio El calentamiento global en el Atlántico Norte Suroriental. El caso de Canarias. Estado de la cuestión y perspectivas de futuro, firmado por los investigadores Pedro Dorta, Abel López y Jaime Díaz, se concluye que "en las temperaturas máximas [...] las diferencias estacionales sólo indican un mayor ascenso térmico general en otoño".

Los geógrafos han comprobado que, en el peor escenario de emisiones, las temperaturas máximas y mínimas en otoño sufrirán un incremento de cuatro grados. En el mejor, aumentarán 2,2 grados centígrados. Más que cualquier otra estación. Los otoños, además tienen visos de ser mucho más secos, pudiéndose reducir las precipitaciones entre un 15,6% y un 31,6%. Al mismo tiempo, la tendencia señala que los episodios de calima se incrementarán en los meses fríos (incluido el otoño), debido a la zona en el que se encuentra el anticiclón.

"Una de las mayores implicaciones del cambio climático es la intensificación y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos", explica el geógrafo Abel López. Canarias está abocada irremediablemente a sufrir más olas de calor, incendios forestales y fenómenos extratropicales. Y, aunque no es fácil vincular la llegada de estos fenómenos extremos a Canarias con el propio calentamiento global, como señala López "se empiezan a evidenciar ciertas tendencias muy significativas", entre la que se encuentra la mayor cantidad de entradas de polvo sahariano en el Archipiélago, el aumento progresivo de la temperatura e, incluso, la mayor ocurrencia de olas de calor.

Independientemente de la dificultad de vincular esos fenómenos adversos a la crisis climática, lo más probable es que el calentamiento del planeta "esté contribuyendo tanto a su intensificación como a las veces que ocurre", como explica López. En este sentido, las intrusiones de polvo sahariano, es decir, la calima, serán también mucho más virulentas.

Y es que, el calentamiento del desierto del Sáhara, hará que el polvo llegue a Canarias esté más caliente. Por tanto, "es previsible una intensificación de los máximos térmicos que se registren en las olas de calor", así como la duración de las mismas. Aunque los modelos muestran escenarios dispares, es probable que a final de siglo estemos hablando de olas de calor que se prolonguen entre 20 y 80 días más al año.

El escenario ha dejado de ser un futurible y la población debe reaccionar "reduciendo los riesgos y adaptándose". Lejos quedaron ya los intentos para paliar un problema que históricamente se ha planteado lejano, porque el futuro finalmente ha alcanzado al presente y la población canaria debe dar una respuesta a la situación de riesgo a la que indudablemente ya se está enfrentando.

Un martes de 30 grados

  • Temperaturas máximas. Cuatro municipios superaron el umbral de los 30 grados ayer en Canarias. Lideró el ranking La Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria, donde los termómetros se elevaron hasta los 31 grados centígrados. Le siguió La Victoria de Acentejo, en Tenerife, con 30,4 grados y Tacoronte, con 30,2. También las temperaturas en la estación de Teguise, en Lanzarote, alcanzaron los 30 grados.
  • Una jornada calurosa. En la mayoría de municipios de las Islas, las temperaturas máximas oscilaron entre los 26 y los 28 grados centígrados.
  • Una tendencia al descenso. Desde que el sábado se registraran máximas de 32 grados en algunos puntos del Archipiélago, las temperaturas registradas se han ido reduciendo progresivamente. Este episodio de calor irá remitiendo desde mañana.

Canarias registra 21 olas de calor en 20 años

Canarias ha registrado desde principio de siglo un total de 21 olas de calor, siendo el 2012 y el 2005 los años en los que se registraron más de estos episodios. La temperatura máxima de la ola más elevada, 39 grados centígrados, se alcanza el año 2012, concretamente el 27 de junio; en segundo lugar se encuentran los 37,4 grados registrados los días 22 de junio de 2011 y 30 de julio de 2007. Desde 2015 no se ha registrado una ola de calor como tal en las Islas, aunque sí han estado afectadas por episodios de altas temperaturas de forma recurrente. De hecho, Canarias se ha librado este año de una de las peores olas de calor del siglo (acaecida entre el 26 de junio y el 1 de julio), y que afectó a 29 provincias de la Península.

Desde que comienza la serie, en 1975, la ola de calor más importante ocurrida en el Archipiélago ocurrió en el año 1976, entre los días 5 y 15 de agosto. Tuvo 11 días de duración y aumentó las temperaturas una media de 6,1 grados centígrados en ambas provincias. Otra ola de calor muy intensa vivida en Canarias fue la acontecida entre los días 23 y 29 de julio de 2004, que abarcó a las dos provincias. El día más cálido resultó el 25 de julio cuando la temperatura máxima de la ola fue de 36,2 grados.