Los propietarios y el camarero de un restaurante de Santa Cruz de Tenerife pidieron disculpas en la tarde de ayer a un hombre ciego que en la noche del pasado jueves fue a cenar con su mujer y su perro guía a dicho local, donde el trabajador supuestamente le pidió que se colocara en un lugar más discreto para que el animal no molestara al resto de la clientela.

El afectado, Pedro Delgado, un vendedor de la ONCE, acudió a un local de comida italiana y se sentó, junto a su pareja y el can. Según expuso el hombre afectado en las redes sociales y relató a este periódico, su perro guía se sentó al lado de su silla, por el lado derecho. Y aclara que había un espacio más que suficiente para el tránsito de personas por ese pasillo.

Pero en un determinado momento, el camarero se acercó y les pidió que si se podían colocar en un lugar más discreto.

El varón con discapacidad visual le preguntó al empleado que si allí lo molestaban para el desempeño de su labor. Pero, según la versión del vendedor de la ONCE, el trabajador le aclaró que, más que a él, la situación allí del perro guía podía incomodar a otros clientes del local. El hombre ciego le aclaró que desde el año 2017 existe una Ley que permite que las personas que disponen de un perro guía puedan acceder con él a todos los lugares. Se trata de la normativa 7/17 de 26 de abril. Sin embargo, el empleado continuó con su planteamiento. Ante esa actitud, la pareja decidió ir a otro restaurante anexo, "en el que nos trataron de maravilla e, incluso, le dieron agua al perro". Tras publicar ayer el asunto en redes sociales, los dueños del local y el referido camarero acudieron a su puesto de venta en un centro comercial para pedirle disculpas por la situación. Pedro Delgado dijo que acepta las mismas, aclara que no denunciará y espera que ninguna otra persona pase por la situación que él sufrió.