Una peculiar comitiva recorre a media mañana, ante la mirada sorprendida de los habituales de las terrazas a la hora del desayuno, los 300 metros que separan la parroquia del Beato José de Anchieta de la sede del Instituto Canario de la Vivienda en Residencial Anaga. Una zona de la capital tinerfeña con mayoría de población de clase media y alta. Los que simulan un particular cortejo fúnebre están en el otro extremo de la pirámide social. Porque son invisibles. Por eso van de negro con máscaras blancas y cargan un ataúd. Simbólicamente, quieren enterrar el derecho a la vivienda. Un centenar de personas sin techo se manifiestan para reclamar un hogar digno. Usuarios de Cáritas, organización que reclama en paralelo "políticas reales de acceso a la vivienda, participación en la elaboración de la próxima Ley canaria y una regulación del mercado inmobiliario".

Objetivos: sensibilizar, concienciar y crear opinión hacia quienes carecen de un derecho humano fundamental en el Día Internacional de las Personas sin hogar que se conmemora este domingo. Son unas 40.000 en España -1.736 atendidas el pasado año por Cáritas en su programa de vivienda e inclusión social y 390 acogidas en sus recursos alojativos- con un aumento de las mujeres hasta en un 16% los últimos tiempos. Están aquí para poner cara colectiva, aunque sea con la máscara, a situaciones como la de Sara (41 años) que protagoniza la campaña Nadie sin hogar: "Me quedé sin trabajo, el banco me desahució y ahora vivo en la calle. Lo peor es que parece que dejas de existir. Llegó un momento en que no me importaba nada".

Perfiles muy variables

Los participantes son de todas las edades y hablan con distintos acentos porque, como explica Alejandra Hernández, coordinadora del Proyecto Base 25 que trabaja con personas en riesgo de perder su vivienda, "el perfil es muy variable, pero podemos reconocer tres vías: la migratoria, sean migrantes o retornados; la de la pobreza heredada, de la que es muy complicado salir, o la de aquellos que han llegado al sinhogarismo de forma sobrevenida e inesperada por distintas razones, sobre todo al perder el trabajo".

Hernández, en medio de una gran expectación mediática, recuerda: "Tres de cada diez canarios están en exclusión. Esa es la realidad que la sociedad no quiere ver y por eso son invisibles". Pide "a los organismos públicos que asuman su responsabilidad porque hay quienes juegan y especulan con la vivienda como si fuese un negocio y es un derecho". Y concluye: "No es suficiente con dar una ayuda al alquiler que, además, se cobra el año siguiente".

En las manos de todos aparecen expresivas fotografías alusivas a la razón de la protesta o pancartas con toda clase de lemas producto de la imaginación y la creatividad. Desde "Tantas casas vacías y yo sin hogar" o "No rescaten bancos, rescaten personas" a "Los invisibles de la sociedad estamos aquí". Pasando por otras con mucha carga de profundidad en el mensaje: "Son derechos, no regalos"; "no tener hogar es mucho más que no tener techo" o "mucho alquiler vacacional, pero poco alquiler social".

Este entierro tan especial acaba frente a la sede del Instituto Canario de la Vivienda, en cuya puerta se coloca un ataúd blanco con el lema: "El derecho a la vivienda ha muerto pero creemos en la resurrección". Un canto a la esperanza siempre es lo último que se pierde. Y eso que esta gente lo ha perdido ya casi todo.

Cuatro personas anónimas leen por turno el manifiesto del final y concluyen con una expresiva y sentida frase, previa a la cerrada ovación de los presentes: "Así podremos gritar al mundo con felicidad el lema de nuestra campaña: Nadie sin hogar". El documento es luego entregado en mano -junto a la gran pancarta que contenía los terribles datos estadísticos- a la directora general del área del Gobierno de Canarias, Maribel Santana. Esta plantea a la representación de Cáritas -encabezada por su director provincial Juan Rognoni, uno más en la acción de protesta- "el esfuerzo que se va a hacer por potenciar el acceso de los ciudadanos sin recursos a una vivienda digna, ya sea con la construcción pública o el alquiler social. El proyecto de Ley de Presupuesto de la Comunidad Autónoma para 2020 registra un incremento de 15 millones de euros, un 19% más, en la partida que se dedica a Vivienda, alcanzando los 94,8 millones de euros".

Más canarios en exclusión

Cifras y más cifras. Del lado de Cáritas también se dan. Baste la previsión de un 10% más de canarios en exclusión para este año. También hay datos de su proyecto Base 25 o del trabajo de la Unidad Móvil de Acercamiento en la Calle (UMAC) que nació en La Palma y se extendió a Tenerife. Pero detrás de las cifras siempre hay personas. Y como reza una pancarta premonitoria: "Podría ser yo". Porque quedarse sin casa es algo terrible que le puede pasar a cualquiera de un día para otro. Y lo convierte en un invisible que, como los que se manifiestan hoy, buscan techo.

Las cifras

  • 138.000 viviendas vacías que no se ponen en alquiler.
  • 13.400 personas en lista de espera por una vivienda digna.
  • 46.500 hogares en situación de vivienda insegura.
  • 99.000 hogares en viviendas inadecuadas para la habitabilidad.
  • 19.000 hogares en situaciones de hacinamiento.
  • 25.000 hogares con deficiencias graves en la construcción de sus viviendas.