La exposición intensa al polvo del Sáhara empeora el pronóstico de los pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca y es un factor predictor independiente de mortalidad intrahospitalaria en estos pacientes, según un estudio realizado en 829 personas con esta patología en el Hospital Universitario de Canarias entre 2014 y 2017.

Uno de los autores de esta investigación, Alberto Domínguez Rodríguez, explica que el polvo del Sáhara llega a Canarias mezclado con partículas contaminantes y también con microorganismos, "lo que puede provocar que un paciente con insuficiencia cardiaca crónica precipite su ingreso, o que un paciente de novo; es decir, que no ha tenido ningún episodio de insuficiencia cardiaca, la desarrolle".

Hasta este momento, se conocía que la contaminación ambiental es un factor precipitante de insuficiencia cardiaca, pero no había evidencia científica concreta respecto a la calima del polvo del sáhara. Por ello, esta investigación, presentada en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares, celebrado en Barcelona, recogió una serie de variables atmosféricas utilizando la red de calidad del aire de Canarias y analizó las concentraciones medias de material particulado (PM).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera una exposición intensa a episodios de polvo del Sáhara cuando las concentraciones medias diarias de partículas menores de 10 micras (PM10) se sitúan por encima de 50 microgramos por metro cúbico. En esta serie estudiada, los investigadores detectaron episodios de hasta 200 microgramos por metro cúbico.

Tras la publicación de este trabajo, la idea del grupo investigador es buscar el mecanismo fisiopatogénico que desencadena esta respuesta en los pacientes. Para ello, están trabajando en una segunda fase del estudio, recogiendo esputos (secreciones) para después someterlos a análisis. Su premisa es seguir a los pacientes de forma prospectiva a medio y largo plazo para obtener resultados que vayan más allá del periodo de ingreso hospitalario.