El comedor del CEO Leoncio Rodríguez, en el municipio de El Rosario, es la muestra palpable de que otra forma (mejor) de alimentar a los niños en el colegio es posible. Con productos de La Esperanza como base, pan artesanal de Las Gavias o innovaciones sorpresa cada mes en el menú semanal. Un referente que su comunidad muestra con orgullo a EL DÍA.

El mediático cocinero Alberto Chicote abría hace unos meses la caja de los truenos al descubrir las carencias de los menús que se ofrecían en algunos colegios de España, varios en Canarias. De mala calidad, con exceso de productos procesados y unos servicios de catering con dudosa o nula supervisión nutricional. Sin embargo, otra forma de comer en el cole es posible y el CEO Leoncio Rodríguez, que lleva el nombre del fundador de EL DÍA, se labra cada día una reputación en este sentido.

Las particularidades del centro educativo ayudan a hacerlo posible. Enclavado en La Esperanza, zona agrícola (y fría) de El Rosario, y con un número de alumnos no muy alto -el servicio de cocina prepara diariamente 120 menús-. Eso permite determinadas licencias en la confección de los almuerzos.

La comida se elabora en la propia cocina del colegio -nada de catering-, algo que no es único pero que en el Leoncio llevan un paso más allá. Con la premisa de una alimentación de calidad y saludable, el equipo se provee cada día de productos de temporada, muchos procedentes de huertas de La Esperanza y alrededores -las papas, por ejemplo-, y de pan artesanal del barrio lagunero de Las Gavias.

David Galdeano es el cocinero y artífice de todo. "Ahora es tiempo de higos picos, caquis y chayotas"- cuenta mientras le da la vuelta a doce minitortillas francesas con estudiado oficio-. "Si se quema alguna la vuelvo a hacer, tranquilo", dice mientras sonríe. La vinculación entre el territorio y los menús escolares es un compromiso de este vecino de Llano del Moro. "Estamos en La Esperanza y hay que aprovecharlo", asegura como si fuera obvio.

Todos los menús son supervisados previamente por el servicio de Pediatría del centro de salud de la Villa y por el sanitario del colegio e incluyen platos especiales para alérgicos. "Hay un poco de todo: celiacos, alérgicos a los lácteos o a las frutas de piel; en total unas cinco especificidades que controlamos diariamente", asegura.

Pegado en una de las paredes hay un papel con los menús de cada día, primer plato, segundo y postre: potaje de coles con gofio, fajita de atún con ensalada de aguacates, bacalao al pil pil con verduras o pavo salteado con verduras y cuscús. Son algunos nombre escogidos al azar. La sucesión de viandas es asombrosa. Un día cualquiera de la semana. "Me gusta dar una sorpresa al mes, algo que no hayan probado y les permita descubrir nuevos sabores. Toca huevo escalfado en tosta con hummus y arroz con setas. Así no me aburro", remata David.

En el Leoncio Rodríguez comen diariamente profesores, trabajadores y alumnos. En ocasiones hasta el alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, y algún concejal. "Vienen para supervisar alguna obra y ya que pasan por aquí, les digo que prueben lo que le damos de comer a nuestros niños; ya es asiduo", dice orgulloso Galdeano.

En palabras del propio Gil: " Una comida de categoría, sana y variada; un lujo al alcance de nuestros hijos e hijas que prepara cada día David. Debemos saber valorarla y educar en una alimentación natural alejada de productos procesados. Por si tienen curiosidad me tocó espaguetis con verduras, huevo escalfado en tosta con hummus y arroz con setas. De postre, fruta. Riquísimo".