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Cambio climático

Gunter Pauli: "Lo que nos lleva al fin del mundo es la producción barata"

El emprendedor es el principal exponente de la economía azul y cuenta con más de 200 proyectos como el primer barco hidrógeno-solar 100% ecológico

El emprendedor belga Gunter Pauli. Fátima Fares

La economía azul

En tiempos de zozobra económica, cuando los expertos parecen incapaces de ofrecer otra soluciones que no sean parches o recetas con los mismos modelos, apenas disimulados, que han causado la crisis global, la propuesta de Gunter Pauli desprende el aroma de lo revolucionario y lo posible a la vez. Revolucionario porque va más allá de dos modelos que se han revelado ineficaces: la economía financiera, basada en el crédito y la deuda, y la 'economía verde', que trata de preservar el medio ambiente a costa de grandes inversiones que la vuelven inviable. (Págs. 352| P.V.P 22,80 €)

Es una de las mentes pensantes en cuanto a cambio climático se refiere y no tiene pelos en la lengua a la hora de poner sobre la mesa las premisas que están llevando al mundo a su fin. Gunter Pauli (Bélgica, 1956) lleva desde los años 90 creando proyectos y luchando porque la economía y los modelos de mercado cambien para dar un giro de tuerca al medio ambiente. Entre negacionistas y alarmistas, Pauli ofrece una solución que hasta el momento no ha sido escuchada por muchos, provocando incluso que dejara de acudir a las reuniones de la ONU. Convencido de que hay mucha "paja mental" en referencia al tema, ha llevado a cabo más de 200 proyectos en pro del mismo a través de su organización Zero Emissions Research and Initiatives (ZERI), una red global de científicos, académicos y economistas comprometidos con la causa. Además, Pauli es todo un gurú del emprendimiento, y fue una de sus primeras creaciones la que más le ha llevado a la fama. La mayoría del grano de café que se utiliza acaba convirtiéndose en basura, algo que el propio Pauli aprovechó para cultivar hongos.

No es su única idea revolucionaria ni mucho menos, como parte de una expedición de cinco años alrededor del mundo, ha dado forma al primer barco hidrógeno-solar 100% ecológico, 'Race for Water Odyssey', que está a punto de desembarcar en Japón y después continuará su ruta, y también ha publicado infinidad de fábulas que se utilizan en los colegios de China. Es consejero en la fundación 'Race for water', donde se identifica, potencia e implementan soluciones que otorguen valor al plástico al final de su vida útil creando nuevas fuentes de ingresos para las personas más afectadas por la contaminación y todo un visionario que confía en el emprendimiento como principal motor contra el cambio climático, algo que relata en sus libros, 'La ecomonia azul' y 'Seamos tan inteligentes como la naturaleza'.

-¿Qué es la economía azul?

-La economía azul hace uso de todo lo que está disponible, no solo la basura o los desechos, también la hierba que nos sirve, el café para cultivar hongos... hacemos un inventario de todo a lo que es posible darle valor agregado. El motor de la economía no es ser lo más barato en La Tierra, sino generar valor agregado para responder a las necesidades básicas de la gente como el agua, el alimento, la vivienda, la salud, la energía...

La economía azul se diferencia mucho de la economía verde, que afecta al modelo internacional de la Globalización, donde tú tienes que meterte en una campaña para llegar a lo que es una economía de escala, estabilizar los productos, producir más de lo mismo, robots, inteligencia artificial... para al final conseguir lo más barato. Pero cuando esto es así no se puede cuidar ni lo social ni el medio ambiente.

"Ignoro a los negacionistas como Donald Trump, si presto atención a este tipo de personas pierdo mi energía en algo que no vale la pena"

Guntr Pauli - Emprendedor ecologista

- ¿Cuándo te das cuenta de que tienes que hacer algo por el medio ambiente?

-Yo estuve en el Cop-1, Cop-2 y Cop-3 (conferencias sobre cambio climático que se celebraron en 1995, 1996 y 1997 respectivamente), los primeros que fueron organizados y me di cuenta que no había acción. Siempre tenemos las declaraciones, acuerdos, firmas, pero no tenemos acción. En 1997 decidí enfocar el 100% de mi energía y espíritu a la creación de proyectos concretos que sí pueden cambiar e mundo.

- ¿Qué opinión tienes de los negacionistas del cambio climático, como Donald Trump?

- Les ignoro. Si presto atención a este tipo de personas pierdo mi energía en algo que no vale la pena. A los que lo niegan y a los que declaran el fin del mundo no quiero escucharlos. La energía que necesitamos es la transformación, no el debate, no la defensa, no la declaración del fin del mundo.

- Ahora hay muchas campañas de concienciación hacia el ciudadanos, ¿no se debería empezar por las grandes empresas e industrias?

- Campañas, huelgas, protestas... ¡otra vez! Podemos compartir nuestra frustración y dar aire a nuestro malestar y está muy bien, pero necesitamos miles de pequeñas iniciativas a diferentes niveles. No se puede limitar solo a una decisión de gobierno que prohíbe, ni a una empresa que declare... nosotros tenemos que pasar a la acción, a la iniciativa, pero no a cualquiera, tienen que ser iniciativas disruptivas, como por ejemplo parar de hacer papel y utilizar los desechos de mil años de minería. La gente puede que se pregunte que cómo puede ser, pero la innovación disruptiva nos ha permitido lanzar un papel que es de piedra y que se puede reciclar para siempre, que no usa agua y con lo cual no necesita tumbar un árbol para su creación. Si este es el papel que se puede producir hoy en día, lo que se necesita ahora es montar la industria, pero Europa se resiste porque piensa que su industria papelera está en crisis. China dice que es la solución porque no tiene agua y con el aumento de la demanda de papel no hay forma de sembrar tantos árboles nuevos en el mundo.

Pauli rodeado de sus empleados.

Tenemos que estar dispuestos a dar espacio a la innovación, al cambio, con una ruptura de la lógica de miles de años. Fue China quien inventó el papel y han sido ellos los que lo han reinventado. Tenemos que olvidarnos de las batallas tradicionales, legales, con abogados para parar la innovación. Necesitamos dar un espacio a los emprendedores del futuro.

Regeneración

- Tienes más de 200 proyectos sostenibles, se ve que hay cosas que pueden acabar con el cambio climático, ¿por qué organismos como la ONU no los llevan a cabo? ¿Hay intereses económicos?

- El primer obstáculo que tenemos con respecto a esto es la ignorancia, la gente es muy ignorante. Todavía después de 25 años, cuando iniciamos el cultivo de hongos con café, la gente se sigue sorprendiendo, cuando ya tenemos 5.000 fincas que funcionan así. Todavía la gente piensa que esto no es posible. Hay que deformar la ignorancia y explicar a los niños que cuando mamá y papá toman café lo que sobra se puede usar para cultivar hongos, y los desechos de estos cultivos sirven como alimentos para las gallinas. Hay que enseñar y la gente tiene que aprender. Una vez que superemos la ignorancia avanzaremos.

Hablamos de 200 proyectos, pero únicamente el del papel de piedra ya son 5 fábricas, el de los hongos ya son 5.000 proyectos. Nosotros tenemos miles y miles de proyectos implementados y es competitivo, porque es mejor para todos.

"Si no cambiamos no hay futuro. En este caso estoy alienado con la gente que dice que en pocos años es el fin del mundo", dice Pauli

-¿Cómo crees que estará el planeta en 50 años?

- Estamos en un cruce. La premisa es cambiar al modelo de negocio que necesitamos. Producir más barato siempre nos lleva al fin del mundo, el cambio climático no es así de sencillo. Si seguimos queriendo producir siempre más barato no tenemos solución. La pregunta es: ¿Cuál es el modelo de negocio de los nuevos emprendedores que conocemos e inspiramos? Lo que se necesita es un modelo de producción de alimentos, de productos de consumo, que realmente regenere el medio ambiente y que gane un espacio para que los trabajadores tengan capacidad de responder a sus necesidades. Para mí es una broma leer que Estados Unidos ha llegado casi al pleno empleo. Eso no es el asunto, hay familias que tienen dos personas trabajando a tiempo completo y son incapaces de pagar una hipoteca. ¿Para qué sirve este trabajo?

- ¿Tienes esperanza de que finalmente se cambie el modelo?

- No hay otra manera. Si no cambiamos no hay futuro. En este caso estoy alienado con la gente que dice que en pocos años es el fin del mundo. Aunque es verdad que en países como China, Argentina, Marruecos, España... hay jóvenes que quieren hacer el bien común antes que llenarse los bolsillos con dinero, pero si no hay nada en el bolsillo tampoco funciona. Aun así soy positivo al respecto. Cuando estoy con los niños más pequeños no solamente encuentro una mente abierta, sino mucha motivación de convencer a los padres para que cambien.

- En este sentido, ¿tus fábulas tratan de educar desde el inicio para hacer unos adultos responsables con el medio ambiente?

- Cuando un niño está inspirado y motivado no hay ninguna forma de que el padre no se adapte. Los hijos muy motivados son determinantes y no se dejan llevar y obligarán a su entorno a cambiar. Esto también requiere un nuevo conocimiento. Una de mis fábulas pregunta: ¿cómo subió la manzana al árbol? A mí no me interesa saber cómo cae, ya fue inventado por Newton, lo que necesitamos saber es cómo subió, y la generación de hoy en día no tiene ni idea. Si tú no sabes cómo subió la manzana al árbol, ¿qué sabes de la vida?

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