Lo advierten los profesores de los niños una y otra vez: es casi más peligroso lo que hacen los padres que las travesuras que arman los niños dentro de las aulas. Tanto que varias asociaciones de docentes ya han advertido contra los tan polémicos grupos de Whastsapp en los que se habla de casi todo y no se deja en precisamente muy buen lugar a los niños con dificultades o a los profesores. Un usuario de Twitter ha narrado su experiencia en uno de estos grupos de Whatsapp. Su historia se ha convertido en viral y, según muchos, no muestra nada más allá de la realidad que se vive día a día.

"Todo empezó en la reunión que se hizo en junio para darnos la bienvenida al colegio", comienza el relato el protagonista de esta historia asegurando que ya entonces se dio cuenta de que en el colegio había una "cuchipandi" de unas quince personas que ya se conocían de la guardería "y se estaban haciendo los dueños del cotarro". Los padres votaron delegado que fue luego el que pidió los números de teléfono y creo el tan temido grupo de Whatsapp de padres de alumnos.

"Ahí empezó la pesadilla, resulta que la cuchipandi ponía gracietas que sólo entendían ellos, incluso quedaban entre ellos desde el chat", asegura el tuitero haciendo hincapié en que por aquel entonces era junio y el curso "ni siquiera había empezado". El hombre en cuestión pidió, un día que se encontró el grupo saturado, que se limitaran los mensajes a asuntos del colegio.

Se cansó tanto que el protagonista de esta curiosa historia llegó incluso a hablar con su mujer a través del grupo. Hubo discusiones hasta sobre la tortilla que tenían que comer para cenar. El administrador del grupo, consciente de lo que estaba sucediendo aseguró que tomaría medidas. Ni corto ni perezoso el tuitero contestó. "¿Qué tomarás medidas? Yo no lo haría Álex no creo que aguantes la comparación con un negro". Y, evidentemente, le expulsaron.

La historia del Whatsapp ha triunfado tanto que el tuitero amenaza con continuar en los próximos días con otras historias relacionadas con el colegio como por ejemplo el festival de Navidad al que ya ha ido su hijo. Ahora, asegura, han pasado tres meses desde que comenzó el curso y ninguno de los padres le habla . No hay vida más allá del grupo de whatsapp de padres.