El nuevo premio Nobel de Física Michel Mayor considera una "idea loca" pensar que si un día se encuentra una tierra fuera del Sistema Solar podamos mudarnos a ella, en el caso de que la vida en esta ya no sea posible, sobre todo por la dificultad de llegar hasta ella.

El suizo Mayor, que ayer recibió el premio Nobel por ser uno de los astrofísicos que localizaron el primer exoplaneta, estaba en España cuando recibió la llamada que le anunciaba el premio y, tras decidir mantener casi intacta su agenda, ayer participó en una mesa redonda en el Centro de Astrobiología de Madrid.

Michel Mayor, que junto a Didier Queloz, también premiado, encontró en 1995 el primer planeta fuera del Sistema Solar, recordó que ya se conocen más de 4.000, algunos rocosos, como la Tierra, y ubicados en la zona de habitabilidad de la estrella que orbitan.

El científico, que durante su intervención demostró ser un fan de las operaciones matemáticas, indicó que, sin embargo, el número de planetas potencialmente habitables y que estén "relativamente cerca" de la Tierra se reduce mucho.

Y es que la distancia es uno de problemas fundamentales para considerar que un día se pueda viajar a un posible planeta gemelo de la Tierra.

"Imaginemos que podemos encontrar una planeta adecuado a unas pocas decenas de años luz", si en actualidad hacen falta tres días para llegar a la Luna, una distancia que la luz recorre en un segundo, alcanzar un planeta no muy lejano supondrá, según los cálculos que hizo de memoria, "unos mil millones de días".

Teniendo en cuenta esos plazos, considera "completamente loco pensar que el día que encontremos un planeta adecuado iremos allí si, quizás, la vida ya no es posible en la Tierra". En la actualidad se considera que el exoplaneta más cercano que podría tener condiciones de habitabilidad está a unos once años luz de nosotros.

Se puede pensar -según el científico- que "lo único que hay que lograr es acelerar" para viajar más rápido, pero "si haces un poco de física y estimas la cantidad de energía que necesitas para acelerar -digamos una gran caja capaz de sobrevivir a cientos de años de viaje- es una cantidad enorme".

Por eso pidió: "por favor limiten su entusiasmo cuando hablen de estas cosas, porque estamos poniendo demasiado entusiasmo en este terreno".

El Nobel de Física tuvo que contestar también a la inevitable pregunta de sí cree que existe vida más allá de la terrestre.

"Esto no es una cuestión de ciencia, porque no tenemos que creer tenemos que probar, lo que tengo -apuntó- son mis propios sentimientos personales", que le llevan a decir que está "casi confiado en que la vida existe en planetas extrasolares", pero eso, reiteró "no es ciencia".

En la mesa redonda que trató sobre "Astrobiología fuera del Sistema Solar también participaron la astrofísica Rosa Zapatero Osorio; el geomicrobiólogo Ricardo Amils, la física-química Eva Mateo, todos ellos pertenecientes al Centro de Astrobiología.

El nuevo Nobel participará durante la jornada de hoy en un seminario interno de la Agencia Espacial Europea, sin embargo tuvo que anular su visita el viernes al Ateneo de Almagro (Ciudad Real), ya que tiene que participar en la inauguración del curso académico de la Universidad de Ginebra, de la que es catedrático emérito.

No obstante, Michel Mayor se comprometió a ir en la próxima primavera, señala el propio Nobel en un vídeo facilitado por el Ateneo: "amigos de Almagro, estoy realmente triste" por no poder asistir, pero "prometo que volveré en primavera -palabra que pronuncia en español-".