La fiscalía pide un año de prisión y cuatro de inhabilitación para un traumatólogo acusado de negligencia durante una intervención quirúrgica a un paciente, al que finalmente se tuvo que amputar un dedo, en una clínica de Palma. Según la acusación, el médico no realizó las pruebas pertinentes antes de la operación y atravesó un tendón con un tornillo. El facultativo está acusado de un delito de lesiones imprudentes y el ministerio público solicita que indemnice con 50.000 euros al perjudicado.

El afectado sufrió el 13 de mayo de 2013 un accidente laboral. En el siniestro padeció una fractura desplazada de la primera falange del tercer dedo de la mano derecha. Tres días después, el acusado, médico traumatólogo en la Policlínica Miramar de Palma, lo sometió a una intervención quirúrgica.

Según la fiscalía, la operación se llevó a cabo sin haber realizado las pruebas previas oportunas. Así, el facultativo redujo la fractura abierta con una placa de seis tornillos, uno de los cuales atravesó un tendón. Tras esta intervención, la víctima tuvo que someterse a otras dos operaciones y a consecuencia de las complicaciones surgidas debieron amputarle el dedo el 9 de julio de 2015.

El perjudicado acabó presentando una denuncia contra el traumatólogo y un juzgado de Palma abrió una investigación. Cerrada la instrucción, el ministerio público imputa al traumatólogo un delito de lesiones por imprudencia profesional, por el que reclama un año de prisión y cuatro de inhabilitación para ejercer la profesión de médico. Además, la fiscalía solicita que el traumatólogo, su aseguradora y la de la clínica indemnicen al paciente con 50.000 euros por los perjuicios sufridos.

El juicio debía celebrarse ayer, por la vista fue suspendida a petición de la acusación particular, que expuso que hacen falta nuevas pruebas para conocer el alcance exacto de las secuelas que padece el afectado. La magistrada acordó aplazar el juicio, con la oposición de la defensa, hasta que se lleven a cabo estas diligencias.