La de Rafael Nadal y Mery Perelló será una boda blindada en todos los sentidos. Tendrá lugar el sábado 19 de octubre y la expectación es máxima. Sin embargo, la discreción siempre ha sido la tercera compañera de la pareja que pronto se dará el "sí quiero". No se esperaba, tampoco, un cambio en la línea de actuación normal de ambos en relación a su enlace, uno de los más importantes y trascendentales del momento. No todos los días se casa un número 1 del tenis, el mejor deportista que ha tenido Mallorca y que muchos consideran también el mejor deportista español de la historia, el embajador por excelencia del siglo XXI del Regne enmig del mar -así es como se refería a la isla otro manacorí, Guillem D'Efak-. Es por la importancia de la figura de Rafael Nadal que esta boda es tan relevante.

Para protegerse de los flashes y mantener su privacidad y la de los cerca de 500 invitados que se espera que asistan al enlace, la pareja de Manacor ha elegido una de las fincas más impresionantes de Mallorca: sa Fortalesa, un castillo del siglo XVII situado en la península de la Punta Avançada de Pollença. Es imposible acceder a ella sin permiso, pues se trata de un espacio privado extremamente vigilado y controlado.

Sin embargo, se puede llegar a los terrenos de la finca de tres maneras distintas: por tierra, mar y aire. Sa Fortalesa dispone, por tanto, de acceso por carretera -camino de Formentor-, un helipuerto y dos calas privadas en las que se puede amarrar. Además, la finca conecta con el aeródromo militar de la localidad, por donde se espera que aterrice el rey emérito don Juan Carlos, a quien Rafael Nadal y Mery Perelló invitaron a la boda el pasado julio cuando visitó, junto a doña Sofía, las instalaciones de la Academia del tenista manacorí.

Hay otro punto por el que la espectacular finca es inaccesible, aunque no para Rafael Nadal y Mery Perelló: el precio. No son muchos los que pueden pagar el saldo por el que se alquila la finca para, por ejemplo, una boda. Y es que un día de celebración en sa Fortalesa cuesta alrededor de 40.000 euros. Eso sin contar el arrendamiento de las habitaciones, por las que se tiene que abonar un suplemento cifrado en miles de euros.

Por estos 40.000 euros, los novios pueden utilizar la mayoría de los espacios de la finca, incluso una pequeña caseta en la que suele cambiarse y prepararse la pareja protagonista del enlace. Por separado, claro.

Aunque cueste 40.000 euros, durante el verano se han celebrado varias bodas en sa Fortalesa, casi todas de parejas extranjeras que viajan a Mallorca a propósito para casarse en la isla. La propiedad ocupa unos 87.000 metros cuadrados, mientras que sus construcciones interiores, habilitadas para poder pasar allí una o varias noches, abarcan cerca 20.000 metros cuadrados. El que haya estado dentro sabe que se trata de un lugar mágico y de cuento con excelentes vistas al mar, arcos de piedra y jardines infinitos.

"Una boda de trascendencia mundial para Pollença"

Tomeu Cifre declara que no sabe nada más que lo que se dice a pie de calle sobre la boda entre el tenista Rafael Nadal y su novia Mery Perelló, que llevan juntos casi 15 años. Sin embargo, entiende que el sábado 19 de octubre será un día importante no solo para los novios, sino también para todo el pueblo de Pollença.

"Que la boda se celebre en sa Fortalesa tiene una trascendencia brutal para Pollença a nivel mundial. Todas las personas que vean imágenes de la boda podrán probar que este es un lugar turístico privilegiado", apunta el alcalde desde su despacho del ayuntamiento. No obstante tiene claro que, según supone, "alguien protestará" y que no a todo el mundo tiene por qué hacerle ilusión que una finca pollencina haya sido elegida como escenario de este casamiento.

El alcalde habla de sa Fortalesa como un lugar "único" y "emblemático", y bromea, junto a colegas del ayuntamiento: "Una lástima que no nos hayan invitado". Cifre recuerda que fue él quien casó, en una ceremonia por lo civil, al jugador de baloncesto palmesano Rudy Fernández y a la modelo Helen Lindes, que este año han sido padres por segunda vez.

"No nos han pedido nada, de momento", apunta el alcalde, que comenta también que la Policía Local estará a disposición para apoyar el dispositivo de seguridad de la celebración en caso de que sea necesario. "La Guardia Civil nos avisará", concreta Cifre, quien sospecha que la boda será de día, puesto que para lanzar fuegos artificiales se tiene que pedir permiso al consistorio con tiempo (a partir de los 50 kilos de pólvora), y no ha habido ninguna solicitud de este tipo.