Una nueva herramienta utilizada por primera vez en Canarias en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) está reduciendo la mortalidad en los pacientes politraumatizados. El balón de resucitación aórtica permite a los especialistas mantener durante más tiempo la presión arterial en unos mínimos viables para poder tomar decisiones durante una situación de urgencia. El mantenimiento de la presión arterial del paciente con politraumatismo grave -es decir, tras sufrir varias contusiones al mismo tiempo- es fundamental en los primeros momentos tras el ingreso en Urgencias. Y es que cuando los especialistas no pueden controlar el sangrado masivo torácico, abdominal o pélvico de un paciente que ha sufrido un accidente grave, la posibilidad de que no salga vivo de la cirugía asciende al 45%.

La mejor manera de acabar con la presión baja del paciente o hipotensión, que es lo que genera estos problemas, es llevar a cabo un clampaje aórtico, es decir, comprimir la aorta. Esta técnica permite mantener vivo durante más tiempo al paciente y se ha llevado a cabo tradicionalmente mediante cirugía.

No obstante, en los últimos años ha aparecido una nueva herramienta que permite mejorar considerablemente los resultados. El balón de resucitación aórtica, disponible ahora en el HUC consigue estabilizar al paciente a la vez que concede una mayor ventana temporal a los equipos de Traumatología y Cirugía para decidir cómo actuar ante la urgencia. Se trata de una técnica denominada REBOA (Resuscitative Endovascular Balloon Occlusion of the Aorta) que eleva temporalmente la presión arterial manteniendo al enfermo politraumatilzado con vida. En este sentido, la herramienta consigue dar tiempo a los profesionales para poder tener un buen diagnóstico, realizar una toractomía (cirugía para abrir la pared torácica) o la cirugía y comenzar el tratamiento sin desclampar. Además, se pueden obtener incluso mejores resultados si se utiliza de forma previa al inmediato tratamiento del punto hemorrágico de la persona que ha sufrido las diversas contusiones.

El Hospital Universitario de Canarias es uno de los primeros hospitales de España en contar con esta herramienta que permite hacer frente a un problema de salud pública global y que ha llegado a ser calificado como una epidemia desatendida de los países en desarrollo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los politraumatismos ocasionan más de cinco millones de muertes al año, una cifra aproximadamente igual a las ocasionadas por el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis combinados. El estudio Global burden of disease and risk factors calculó que los traumatismos constituían en 1990 más del 15% de los problemas de salud en el mundo y preveía que la cifra aumentaría hasta el 20% para 2020. Las causas de muerte relacionadas con el trauma fueron los accidentes de tráfico, los suicidios, las caídas y la violencia interpersonal. Para José Luis Pérez Burkhardt, jefe servicio Cirugía Cardiovascular, "se trata de una herramienta que salva vidas".

El dispositivo es utilizado fundamentalmente por cirujanos vasculares, anestesistas, radiólogos intervencionistas e intensivistas. Está indicado en traumatismos abdominal y pélvico grave, aneurisma de aorta, heridas vasculares con afectación abdominal y pélvica, sangrados ginecológicos, cirugía tumoral pélvica, hemorragias gastrointestinales altas, pancreatitis y complicaciones laparoscópicas por lesión de grandes vasos. En definitiva, puede ser utilizado en casi cualquier hemorragia no compresible de torso, abdomen y pelvis.