Los dos espectrógrafos instalados en el Gran Telescopio Canarias (Grantecan), del Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma) han alcanzado su nivel máximo de operación y se consolidan como dos de los instrumentos con más solicitudes de tiempo de observación en esta infraestructura científica que supera ya las 500 publicaciones científicas en revistas de referencia y acumula más de 10.000 citas.

EMIR y Megara son dos espectrógrafos de uso común en el Gran Telescopio Canarias (GTC), también conocido como Grantecan, que han alcanzado una alta demanda de tiempo de uso durante los últimos semestres. "Tras su instalación, en junio de 2016 y marzo de 2017, respectivamente, se han probado diferentes estrategias de observación en el telescopio y los algoritmos de reducción de datos han alcanzado su madurez, por lo que, actualmente, ya están trabajando a pleno rendimiento", explica Romano Corradi, director del GTC. Este telescopio ha producido datos científicos que se han publicado en más de 500 artículos en revistas de primer nivel y ha obtenido más de 10.000 citas.

EMIR (Espectrógrafo Multiobjeto InfraRojo) ocupa una de las plataformas Nasmyth que se encuentran a ambos lados de la estructura que soporta el espejo primario del GTC. Se trata de un espectrógrafo infrarrojo, lo que le permite penetrar a través del polvo interestelar y estudiar los objetos más oscurecidos de la Vía Láctea. "Actualmente, también trabaja en la elaboración de un censo de galaxias en el universo temprano, una época en la que la formación estelar fue, probablemente, la más importante y activa en la vida de las galaxias", destaca Francisco Garzón, investigador principal del instrumento EMIR y astrofísico del IAC.

Por su parte, Megara (Multi-Espectrógrafo en GTC de Alta Resolución para Astronomía) es un espectrógrafo en el visible compuesto de dos unidades, una situada en uno de los focos Cassegrain acodados y otra en la plataforma Nasmyth conectada con la primera mediante haces de fibra óptica que suman casi 60 kilómetros de longitud.