Beatriz Barrera (Santa Cruz de Tenerife), licenciada en Derecho por la ULL y diplomada en Derecho Comunitario por el Colegio de Europa (Brujas). Fue presidenta de la ZEC (2012-2018) y, desde el 1 de agosto de 2018, es adjunta Especial de Igualdad y Violencia de Género del Diputado del Común. Mañana viernes, la Diputación del Común organiza la Jornada Transnacional La trata de mujeres con fines de explotación sexual, en el Parlamento de Canarias, financiada por el programa europeo Interreg y en colaboración con el periódico EL DÍA. En la jornada participan, entre otros ponentes, el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro Miranda; la presidenta de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer prostituida (Apramp), Rocío Mora; representantes de la Delegación del Gobierno de Violencia, y de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

La jornada abordará una lacra que parece invisible a la sociedad y genera incomodidad, sin embargo ha tenido un gran éxito de convocatoria y todas las plazas se agotaron a las pocas horas de anunciarse. ¿Qué le movió a organizar el foro?

No parece invisible, es invisible. Es la esclavitud sexual del siglo XXI, aunque no sea la única. El tráfico de seres humanos tiene muchas caras, pero el 90% de este tráfico tiene fines de explotación sexual. La motivación la encontré por una inquietud personal, como mujer y madre de otra mujer de 25 años y que ninguna hemos sido víctimas de violencia de género ni de abuso sexual, me da escalofríos pensar que haya mujeres que puedan ser objeto de una violencia de género tan cruel, porque la explotación sexual es una violación de los derechos humanos de la peor clase que existe y lo tenemos muy cerca de casa. Ahora, al hacerme cargo de esta Adjuntía, el cambio que ha dado mi vida ha sido de 180 grados. Y quien me conoce lo sabe. Me siento más realizada que nunca porque defiendo lo que siempre he creído, la igualdad, el respeto y la dignidad de mujeres y niñas.

Canarias ha estado en la ruta de mafias de la inmigración y del narcotráfico. ¿También es escenario del tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual?

Sí y mucho.

¿Qué datos maneja?

Tenemos datos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y tampoco tienen todos los datos porque es una esclavitud invisible que en muchos casos se esconde detrás de la prostitución y del tráfico de la inmigración, fundamentalmente irregular, pero también de la legal. ¿Cuantas veces no hemos conocido de casos de mujeres que aparentemente viajan con un contrato de trabajo y al llegar se ven dentro de la boca del lobo porque todo ha sido un engaño? Normalmente entran por los aeropuertos, no en pateras. Vienen con un permiso de estancia por vacaciones y se quedan, estando en el país de forma clandestina. Así que los datos que tenemos se sacan de las actividades preventivas que realiza la Policía y Guardia Civil, de las redadas y redes que desmantelan, pero esos datos, evidentemente, no están completos. Hay organizaciones no gubernamentales, algunas religiosas, que trabajan con víctimas y ellos dicen que la trata con fines de explotación sexual ha aumentado un 20% en el último año en Canarias y da igual el número de mujeres de más, porque aunque solo haya una, ya es un horror. Canarias es un lugar de tránsito y de destino de algunas mafias africanas, sobre todo nigerianas, y sudamericanas. Y hablo de mafias porque es así. Es un negocio tremendamente violento, muy sucio y lamentablemente a nivel de ingresos es cada vez más lucrativo.

¿La explotación sexual es comparable en ingresos al tráfico de armas o de drogas?

Sí. El tráfico de armas está en primer lugar, y después casi a la par está el tráfico de drogas y la trata.

Como dice, Canarias y España son lugares de tránsito. ¿Qué se ha hecho o qué más se puede hacer?

En España se ha hecho mucho para trabajar contra esta vulneración de los derechos humanos. Pero está claro que queda muchísimo por hacer porque las mafias siempre encuentran un resquicio legal para seguir campando a sus anchas en la captación de mujeres.

¿Qué perfil tienen las mujeres víctima de trata?

El perfil que predomina es el de mujeres que están en situación de vulnerabilidad, ya sea económicamente y/o culturalmente vulnerables porque vienen de países donde la mujer vive una situación de sometimiento. Pero no son las únicas. También hay canarias y españolas cuya vulnerabilidad es muy grande y es una situación que han vivido desde muy al principio de sus vidas, incluso, algunas de ellas son hijas de víctimas que acaban repitiendo ese modo de vida como un círculo vicioso del que no pueden salir.

¿Las víctimas de la trata con fines de explotación sexual cómo pueden dejar atrás esa vida?

Salir del control de estas mafias es muy difícil y quienes lo han hecho casi les ha costado la vida o prácticamente viven invisibles sin contar su realidad para que sus familias en su país de origen no se vean amenazadas. Pero hay ejemplos de mujeres que han salido adelante y se han podido reintegrar en la sociedad, no sin secuelas graves.

El periódico EL DÍA firmó un acuerdo en mayo para eliminar los anuncios de prostitución de sus páginas. ¿Acciones como esta ayudan también a acabar con esta lacra?

Por supuesto que ha sido una decisión muy afortunada y todos los medios de comunicación deberían seguir el ejemplo. La publicidad sobre la prostitución debe desaparecer y no solo en los medios de comunicación tradicionales, también los anuncios en internet. Esa publicidad está en la red, en aplicaciones y teléfonos móviles. Cuando atajamos parte del problema por un lado, aparece por otro. Las mujeres que son objeto de tráfico sexual se esconden detrás de la prostitución y de la inmigración ilegal. Es muy difícil detectarlas y es muy importante el esfuerzo que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en una operación, que es, en definitiva, donde podemos descubrir que existen estas tramas ocultas con mujeres que necesitan tanta ayuda o más que las víctimas de violencia de género.

¿Cuál es el papel que desarrolla en esta Adjuntía Especial de la Diputación del Común?

La igualdad es un derecho fundamental reconocido en la Constitución pero la igualdad real no existe. Se han dado pasos importantes, pero cuando hablamos de ella se deja de lado la violencia de género, el abuso sexual o la trata. Haber asumido esta responsabilidad me hizo caer en la cuenta de que no solo hay que atender las quejas que entran por registro o las investigaciones de oficio, también tenemos que hacer una labor proactiva para poner sobre la mesa temas de los que nadie quiere hablar y la trata es uno de estos asuntos porque es complejo, delicado, doloroso y delictivo. Se esconden muchos delitos detrás, el proxenetismo y el comercio de seres humanos contra su voluntad.

¿No sería más efectivo atacar el problema también contra quienes consumen prostitución? Si no hay demanda, se acaba con la oferta.

Efectivamente. Si no hay consumo no hay oferta, pero el ejercicio de la prostitución no está penalizado. Cuando desmantelan un piso dedicado a la prostitución y se encuentran con clientes me pregunto: ¿qué es lo que pasa con ellos? Lo desconozco. Este y otros elementos que rodean a la trata con fines de explotación sexual, sobre cómo abordar el problema y las vías para su erradicación, son algunos de los asuntos que veremos en la Jornada.