Los centros de salud de Tenerife volvieron ayer a funcionar con normalidad. Lo hacen después de un fin de semana de zafarrancho de limpieza masivo que la Consejería de Sanidad, a través de la empresa Tragsa, ha ejecutado para acabar con la suciedad acumulada durante semanas en los ambulatorios.

Desde el viernes y hasta la mañana del lunes, el personal de limpieza de la empresa pública Tragsa sacó las bolsas de basura acumuladas, limpió el suelo, vació las papeleras y adecentó los baños de los 20 centros de salud y áreas de urgencia que tanto habían sufrido las consecuencias de la huelga de limpieza de los trabajadores de Ralons Servicios, la empresa hasta el momento adjudicataria.

Ayer fue el último día que esta empresa tenía para realizar alegaciones al expediente de rescisión del contrato que la Consejería de Sanidad puso en marcha el pasado 20 de septiembre. Aunque hasta el momento no se habían recibido alegaciones, Sanidad se mostró precavida ante la posibilidad de que Ralons se defendiera de las acusaciones a última hora y en alguna administración que no fuera la sanitaria.

La directora del Servicio Canario de la Salud (SCS), Susana Cantero, se mostró esperanzada de que, finalmente, Ralons no hiciera ningún tipo de movimiento "por el bien de estas personas". En este sentido también se manifestó el portavoz de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO, Francisco Chinea, quien además confió en que en pocos días la Consejería "emita el informe definitivo para rescindir el contrato".

Un nuevo plazo concursal

Una vez se dé finalizado el expediente, la Consejería deberá abrir un nuevo plazo concursal para contratar a una empresa nueva que se haga cargo tanto del servicio como de la subrogación del personal porque, según Cantero, la Consejería tiene claro que debe "mantener a los trabajadores a los que Ralons ha tenido tanto tiempo en una situación de abandono".

Los 350 trabajadores afectados por los impagos de la empresa concesionaria decidirán este próximo miércoles en una asamblea si continúan en huelga -escenario en el cual Tragsa continuará con el mantenimiento de los centros- o culminan la convocatoria para seguir prorporcionando ellos mismos el servicio hasta que se haga con él una nueva empresa.

Chinea se mostró escéptico ante las promesas de la Consejería de Sanidad, razón por la cual aún cree que es temprano para determinar la fecha de finalización de la huelga. Asimismo, recordó que el conflicto no acabará con la licitación, ni siquiera con la subrogación de los trabajadores, porque todavía "habrá que ver qué hacen con la deuda". Y es que los trabajadores de Ralons llevan dos años en conflicto permanente con su empresa por los continuos retrasos en el abono de salarios.

El último comenzó hace seis meses y, desde entonces, los trabajadores no han recibido ni un solo sueldo. De hecho, en agosto la empresa les comunicó la suspensión de pagos, una situación que colmó la paciencia de muchos de los trabajadores que hasta el momento habían estado aguantando y trabajando sin cobrar.

Dicho escenario provocó que hasta el 80% de los trabajadores abandonaran progresivamente su puesto pidiendo la baja y que, cuando se empezara la huelga indefinida, no hubiera personal para cubrir los servicios mínimos.