El abogado tinerfeño Alfonso Delgado fue quien se hizo cargo de la representación letrada de José Antonio Luis Aguiar por el Turno de Oficio y "casi de rebote", explica. "Una compañera renunció antes a la defensa alegando incompatibilidad con el cliente" y, de esta manera, Delgado conoció a un hombre que califica como "un hombre de trato complicado, muy hosco, huraño y desagradable, con independencia de que en aquel momento parecía que tenía algún problema mental", señala.

"El caso llegó a mi porque necesitaban un abogado de oficio de un día para otro y con preparación para ejercer en asuntos de especial dificultad, así que fui corriendo al Juzgado a leer el expediente y me di cuenta de que el asunto era sobre el asesinato y hallazgo de un cadáver en la pensión Padrón que había leído en La Opinión de Tenerife hacía un año y medio", relata.

"En el Colegio de Abogados tampoco sabían de qué se trataba cuando pregunté, solo que era algo grave y urgente". "Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hicieron un trabajo y consiguieron pruebas incriminatorias del delito más grave del que se le acusaba, el asesinato", recuerda.

Delgado afirma que tuvo que llevar a cabo una defensa a base de "empaparse el sumario" pues "con el acusado era imposible hablar, sino conseguir información a través de una conversación, porque divagaba con bastante facilidad". "Nunca reconoció los hechos que se le imputaban y nunca me dio muchas más pistas de lo que pudo haber pasado", añade.

El abogado destaca que "el problema que se presentó respecto al delito de lesiones es que la Policía no pudo sentar con claridad la data de las lesiones. La víctima había convivido durante los últimos meses de vida con varias personas y, si no recuerdo mal, con una pareja en la antigua fábrica de Celgán, por lo que no era fácil determinar con rotundidad quién le había causado las lesiones que presentaba premortem".

En este sentido afirma que "el esqueleto tenía muchas lesiones, pero no se pudo establecer la fecha. "Los forenses señalaron que a partir de 30 días los huesos consolidan las fracturas y es imposible determinar la data". "Además, Ángel Bermejo acudió en alguna ocasión a centros de salud donde decía que le pegaban, en concreto el acusado, pero a los pocos días se les volvía a ver juntos por la calle como si no pasara nada entre ellos.

De igual manera, Alfonso Delgado logró que el acusado quedara absuelto del delito de robo. "La víctima entraba y salía de la pensión y era muy difícil demostrar que el dinero se lo robaba el acusado".

Delgado señala que "a nivel profesional, cuando se presenta un caso de este tipo solo puedes tomártelo como un reto, pero personalmente me topé con todas las miserias humanas; con un mundo en el que viven algunas personas que no han tenido ninguna oportunidad y otras que, por circunstancias que para mi son totalmente incomprensibles caen y no son capaces de salir adelante, como era el caso de la víctima", reflexiona el abogado.