Adoración C.V.R fue, desde el punto de vista cronológico del fallecimiento, la primera persona asesinada presuntamente por José Antonio Luis Aguiar en la habitación 306 de la Pensión Padrón. Esta mujer tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de un asesino, que ya fue condenado hace siete años por matar a otro hombre en el mismo establecimiento y en el mismo dormitorio. Para su verdugo, simplemente era otra "víctima perfecta". Tenía ingresos económicos, físicamente no era capaz de ofrecer resistencia ante una agresión de dicho individuo y, en algún momento, llegó a coincidir con personas desfavorecidas.

Frente a las primeras informaciones, con el paso de los días se ha sabido que esta mujer, al menos por los datos oficiales, no llevaba una vida marginal.

Según las fuentes policiales consultadas por EL DÍA, Adoración no constaba en los archivos de usuarios habituales o puntuales del Albergue Municipal de Santa Cruz de Tenerife, situado entre las calles Valle Inclán y Azorín, en el barrio de Los Gladiolos.

En base a la información que ha trascendido sobre esta ciudadana, tampoco existen documentos que prueben que alguna vez pidiera ayuda económica o de otro tipo al personal de la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de la capital tinerfeña.

Supuestamente, en una ocasión, en el año 2003, aproximadamente seis años antes de que fuera asesinada, sí presentó una solicitud de dinero para alquiler una vivienda. Sin embargo, según una profesional que ha trabajado con hombres y mujeres desfavorecidos, la demanda de este tipo de recursos es muy habitual y nada tiene que ver con un problema de marginalidad.

En definitiva, Adoración C.V.R. llevaba una vida "absolutamente normalizada", según las mismas fuentes. En un determinado momento, por voluntad propia o por influencia de otra persona, acabó residiendo en una habitación de un hostal de la capital tinerfeña. En aquel momento, el establecimiento también fue utilizado por personas como José Antonio Luis Aguiar, que se sentían impunes en algunos de sus espacios. Según aparece en el informe policial elaborado por el Grupo de Homicidios, hubo un día en que Adoración empezó a compartir dormitorio con quien presuntamente acabó con su vida. Los investigadores creen que la mujer pudo ser asesinada a mediados del 2009. La denuncia por su desaparición fue presentada por su hija en el 2013. Aproximadamente tres años después, en la primera semana de julio de 2016, unos jóvenes hallaron los huesos de Adoración en dos petates en el barranco de Santos. Y diez años después de su muerte se apresó a su presunto asesino.