El 25 de septiembre de 2018 Castelló se despertó consternada. La capital de la Plana amaneció con la noticia del doble parricidio perpetrado por Ricardo Carrascosa, que tras asesinar a sus hijas de seis y dos años, Nerea y Martina, se quitó la vida precipitándose por el balcón de su vivienda de la calle Río Adra de Castelló.

Justo un año después de la tragedia, Itziar Prats ha confesado cuál es su estado en una entrevista concedida a El País en la que se define como "una madre sin hijas. De un día para otro me quitaron lo que más quería. Denuncié y pedí ayuda, pero su padre las mató. Tenían seis y dos años. Mi vida cambió bruscamente hace justo un año".

"Me mudé lo más rápido que pude"

El parricida había sido denunciado por la madre de las niñas por maltrato psicológico y amenazas en febrero del 2018. Fue detenido, pero el procedimiento se archivó a petición de la fiscalía y de la víctima. El test policial realizado a la víctima no detectó la gravedad de los hechos, pese a que la mujer temía por su seguridad y la de sus hijas porque él ya las había amenazado de muerte. "Mi vida ahora es otra, claro. Cuando pasó todo me mudé lo más rápido que pude. Toda mi idea era vaciar la casa, irme de Castellón donde no podía estar ni un minuto más. Era como una autómata. Me vine a Madrid, a mi casa y a mi habitación de siempre. Al principio, era como si no hubiera formado una familia. Volvía a ser una adolescente que vive con sus padres, como si no hubiera tenido hijas, como si esto no hubiera existido. Todo me parecía muy confuso", reconoce en la citada entrevista Itziar.

En una situación tan dramática como la que ha tenido que sufrir Itziar, le costó hacerse a la idea de que sus hijas ya no estaban: "Te levantas por la mañana, las vistes, preparas el desayuno, sales corriendo al cole. Después el trabajo, hacer la comida, todo€ Y de repente, un día, en vez de eso, te despierta la policía diciendo que tienes que ir a identificar a alguien que creen que es tu marido. Y además de él son mis hijas. Entonces ya no tengo que levantar a nadie, no tengo que llevar a nadie al cole. Nadie me demanda nada. Es todo lo contrario". Añade la madre de Martina y Nerea que en ese momento ella "ya no estaba en el mundo. No era consciente de nada. No lo podía entender. Y esperaba que en cualquier momento mis hijas entraran por la puerta...".