ANPE Canarias propone a la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes una reforma estructural de la FP Básica para establecer dos modelos diferenciados: uno para retomar los estudios de grado medio y otro para mejorar la inserción sociolaboral.

La iniciativa es fruto de la reunión de hace unos días entre el sindicato mayoritario en la enseñanza pública no universitaria de Canarias y el equipo de la Dirección General de Formación Profesional y Educación para Adultos. Surge, según ANPE, ante la necesidad de articular otro enfoque metodológico para estas enseñanzas de forma que funcionen como una vía de retorno a la enseñanza obligatoria. Además de dotarlas de más personal docente para atender mejor a los jóvenes con mayor riesgo de exclusión del sistema educativo.

La FP Básica tiene una duración de dos cursos y está destinada a jóvenes que no finalizaron la ESO y están en riesgo de no obtener la cualificación mínima para desarrollar una profesión en el futuro. ANPE, según argumenta su presidente, Pedro Crespo, considera fundamental, dada la diversidad del alumnado, la incorporación de profesorado de apoyo y, sobre todo, la diferenciación de esos dos modelos apuntados.

Este profesorado necesita un incremento de la formación específica para dotarse de más herramientas y mejores estrategias, que deben ir acompañadas por "una disminución más acentuada de la ratio de alumnos", advierte Crespo.

Estas demandas están, en opinión del sindicalista, "más que justificadas". Canarias figura entre los territorios donde menos porcentaje del alumnado obtiene el graduado en Secundaria.

En el curso 2016-2017, según el informe Datos y Cifras. Curso Escolar 2018-19, publicado por el Ministerio de Educación, la tasa bruta de población que finaliza ESO era del 72,1%. Sólo Baleares, La Rioja, Castilla La Mancha y la Comunidad Valenciana, además de las dos ciudades autónomas, obtuvieron peores registros.