Un suceso que podría ser una auténtica película de terror. Una madre que ha sido acusada de abandonar a su hija adoptiva de 10 años, afirma que la niña "era una sociópata de 22 años" que trató de asesinarles, tal y como informa el diario británico "The Mirror".

Los padres abandonaron a Natalia, de origen ucraniano, en un apartamento de los Estados Unidos y se mudaron a Canadá. Tras ser acusada de negligencia, Kristine Barnett, la madre adoptiva, afirmó que Natalia era una impostora que pretendía ser una niña e intentó matarla. Un complot que recordaba a la película de terror "La huérfana". Incluso afirma que después de tener varias conversaciones con ella, comenzó a sospechar que su hija adoptiva no era realmente quién ella creía. "Era muy difícil descifrar cuántos años tenía, pero comencé a pensar que podía ser una adolescente. Pero no me arrepiento de nada. Era lo que quería hacer y sentí un amor abrumador por ella", dijo Kristine Barnett al diario "DailyMail". "La vi poniendo productos químicos, lejía o algo así en mi café y le pregunté, '¿qué estás haciendo?' Ella dijo: 'Estoy tratando de envenenarte'", confesaba la madre a la policía tras su detención.

También afirma que los médicos examinaron a Natalia y concluyeron que sufría una enfermedad psicológica severa diagnosticada solo en adultos. Kristine Barnett alega que la enfermedad llevó a Natalia a saltar de coches en movimiento y manchar los espejos con sangre. Posteriormente, el matrimonio decidió abandonar a su hija en un apartamento de Indiana (Estados Unidos) para mudarse a Canadá, según informa la policía.

Por ello, la policía acusó al matrimonio de negligencia, alegando que Natalia fue abandonada. Según la declaración jurada, el padre adoptivo admitió a la policía que él y su esposa habían cambiado la edad de Natalia a los 22 años a pesar de que los médicos determinaron que era menor de edad. La pareja pasó un par de días en la cárcel de Tippecanoe (Indiana) y posteriormente fueron liberados tras pagar una multa de 5.500 dólares (5.000 euros). Ahora, deben comparecer ante el tribunal superior de esa localidad, quién decidirá la credibilidad de su historia.