Cada vez más entidades e instituciones públicas reclaman que el Mar Mediterráneo sea declarado Área de Control de Emisiones (ECA, por sus siglas en inglés), como ya lo son otros mares europeos y del resto del mundo. Allí, las restricciones a las emisiones de gases tóxicos desde los barcos son más estrictas. La Organización Marítima Internacional prohíbe, como norma general, que los buques usen un combustible con un contenido en azufre que sobrepase el 3,5%, siendo ese límite del 1,5% para los grandes cruceros. Sin embargo, si el Mediterráneo fuera declarado ECA, ese índice bajaría hasta el 0,1%, lo que ahorraría el lanzamiento a la atmósfera de miles de toneladas de contaminante. Numerosos parlamentos regionales, también en España, y otras instituciones públicas del Mediterráneo han reclamado ya la aprobación de esta ECA. Actualmente, en Europa son ECA el Mar Báltico, el Mar del Norte y el Canal de la Mancha, pero las entidades conservacionistas quieren alcanzar una normativa de cero emisiones para todos los países costeros europeos.