"No tememos rendir cuentas, no tememos competir, no tememos trabajar. De hecho, lo anhelamos porque honestamente creemos que esa es nuestra función". La afirmación es de Rosa María Aguilar, rectora de la Universidad de La Laguna, y tuvo lugar durante la apertura del curso 2019-2020 con el Paraninfo de la institución académica como escenario. Aguilar, de estreno en el acto tras su proclamación el pasado junio, mostró en su discurso una contundente defensa de la universidad pública, para lo cual es "imprescindible" la financiación que reclamó directamente al nuevo presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres -este abrió y cerró la solemne sesión- para renovar la plantilla docente, fortalecer la investigación o mejorar las infraestructuras. Valora en este sentido que facultades como Educación o Ciencias de la Salud "precisan de nuevos edificios".

Aguilar, tras expresar la solidaridad con Gran Canaria por los recientes incendios, dividió su discurso en dos grandes bloques iniciales referidos a los actuales tiempos. Por un lado, las amenazas y retos globales, desde no tener gobierno aún en el país al brexit, el cambio climático, las migraciones o el machismo. Por otro, las oportunidades, entre ellas la propia concepción de la universidad pública "porque el 93% de la producción científica proviene de los centros públicos de educación superior"; la movilidad social (puso su propio ejemplo personal), la cercanía o la participación colectiva.

Posteriormente, adelantó la elaboración de un Plan de Gobierno para estos cuatro años que abordará aspectos fundamentales como la simplificación burocrática o una mejor gobernanza. Profundizó luego en aspectos concretos de la ULL, con incidencia en la realidad de profesores, el personal de Administración y Servicio y los alumnos. Sin olvidar la investigación abierta a la ciudadanía, un objetivo clave.

La rectora terminó dirigiéndose al presidente Torres y a las consejeras de Economía, Carolina Darias, y Educación, María José Guerra, para reforzar la necesidad y exigencia de la financiación necesaria e imprescindible.

Antes de intervenir la rectora, la secretaria general, Elvira Afonso, leyó el resumen de la memoria académica del pasado curso. Tras la investidura y admisión al claustro de once nuevos doctores, la flautista Aleida María Lorenzo y el guitarrista Román González pusieron la nota musical.

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, destacó tras el acto el compromiso de su Ejecutivo para "apostar" por la educación pública y en todos los sectores, desde Infantil hasta los estudios universitarios. Torres recordó que estudió en la ULL y "gracias a las becas".

Retomar el discurso institucional de la rectora permite comprobar cómo quiso alertar contra posiciones radicales que están surgiendo en España, a favor del antintelectualismo y del cuestionamiento de la ciencia, y que pretenden desvirtuar el sistema público educativo.

Añadió que el ataque a la enseñanza pública se está dando en multitud de latitudes. En EEUU o en Brasil. Advierte la rectora de que ante ello "las universidades públicas debemos permanecer alerta ante posibles injerencias sobre la libertad de cátedra y las tentaciones de reducir el presupuesto destinado a investigación, especialmente en ciencia básica, y en determinadas materias que un concepto excesivamente utilitarista del conocimiento podría considerar como poco productivas".

Asimismo, Aguilar criticó que "la inversión en I+D en Canarias es la segunda más baja de España, solo por delante de Baleares. desde el año 2009".

En el capítulo de las infraestructuras, la rectora se mostró tajante: "Las facultades de Educación y de Ciencias de la Salud no pueden esperar más; tenemos que buscar una solución a estos inmuebles obsoletos y aquejados de múltiples deficiencias. Es hora de acometer de forma integral la nueva edificación de estas dos facultades". Aparte de afrontar "un largo listado de necesidades".

Rosa Aguilar exhorta al presidente Torres a hacer suyos los retos de la ULL. "En sus manos está que nuestras universidades sigan siendo motivo de orgullo para todos los canarios y canarias", concluyó la rectora.

La catedrática de Historia del Derecho y las Instituciones María del Carmen Sevilla González dictó la lección inaugural del nuevo curso, titulada "La igualdad jurídica: un proyecto inacabado. (Perspectiva desde la historia del derecho comparado)". Toda una declaración de intenciones que tuvo como ejes la igualdad, en general, y la de género, en particular -"un viaje en el que no se ha llegado y ojalá lleguemos pronto", concluyó-, y su evolución desde la óptica histórica y jurídica. Repasó un concepto que, aunque puede parecer arraigado en la historia de la legislación, es relativamente reciente. Comenzó recordando la apertura de curso de 1967, a la que acudió como alumna que comenzaba Derecho, y reflexionó sobre la gran diferencia entre aquella universidad del franquismo y la actual. Con la mujer en un papel secundario y de sumisión. "Éramos intrusas en una facultad de hombres", sentenció. La catedrática explicó que la noción de que debía existir un principio de igualdad de derechos entre las personas que conviven en un Estado es fruto de la Ilustración, por lo que no empezó a desarrollarse hasta finales del siglo XVIII, pero la Ilustración y la Revolución francesa dejaron a la mujer al margen de su premisa de egalité. Sevilla glosó la idea de los no derechos de la mujer desde Aristóteles a las primeras décadas del siglo XX sin demasiados cambios y una tendencia dominante: la misoginia. Con ejemplos legislativos internacionales y de España. La ponente aclaró determinadas impresiones terminológicas y reflexionó sobre la importancia de apreciar cada documento en el contexto en que se redactó para evitar los anacronismos. Valoró que esa igualdad primigenia no fue universal en su inicio, ya que los derechos femeninos seguían siendo negados por los revolucionarios franceses. En su epílogo mantuvo que, si bien la igualdad ya es un concepto integrado en los textos legales, el día a día demuestra que no se ha convertido en realidad. "La esclavitud, que se mantiene en muchos ámbitos; la trata de mujeres, las discriminaciones de género, raza y religión, etcétera. Sigue existiendo una fractura entre el plano teórico y constitucional y la vida cotidiana. Carece de justificación que en el siglo XXI se mantengan situaciones fácticas de discriminación prohibidas expresamente por el derecho positivo y que aún la igualdad sea para muchos una utopía".

La igualdad jurídica: un proyecto inacabado