Un turista británico ha sido condenado a pagar una multa de más de 2.000 euros por un delito de abusos sexuales en grado de tentativa contra una camarera de piso en un hotel de Lanzarote. Además, también se le ha impuesto la prohibición de acercarse a la víctima a una distancia inferior a 200 metros, así como el pago de las costas del procedimiento.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de agosto y el propio acusado reconoció los cargos durante el juicio, aceptando una sentencia de conformidad a la que ha tenido acceso La Voz. Inicialmente, la Fiscalía pedía una multa de 9 meses a razón de 12 euros diarios, pero el acuerdo ha supuesto la rebaja de esta cantidad (de 3.240 euros) en un tercio.

Tras la propia confesión del acusado, la sentencia considera probado que sobre las 12,30 horas, cuando la víctima estaba realizando funciones de camarera de piso en su habitación, éste "se dirigió a ella y con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales y sin su consentimiento, le exhibió un mensaje de texto en el teléfono móvil donde ponía '59 euros para mantener relaciones sexuales'". Además, agrega que "insistió en ello" y llegó a cogerla del brazo, hasta que finalmente la víctima "pudo abandonar" la habitación.

"Sus superiores no la auxiliaron y no la creyeron"

El caso ha sido denunciado públicamente por el colectivo de Las Kellys y la Plataforma Feminista 8M, que no han querido hacer público el nombre del hotel para proteger la identidad de la víctima, que subrayan que tiene 20 años. No obstante, señalan que el establecimiento pertenece a una de las diez cadenas hoteleras "más excelentes" del mundo según TripAdvisor.

En un comunicado, ambas asociaciones sostienen que se trató de un "intento de violación" y denuncian que cuando la joven pidió ayuda a sus superiores tras lo ocurrido, "no la auxiliaron en absoluto, no llamaron a un médico, no llamaron a la policía" y "lejos de eso, le asignaron más trabajo cerca de la habitación donde se cometió el delito". "No la creyeron", critican.

Entonces, la víctima llamó a su familia y estos dieron aviso a la policía e interpuso la correspondiente denuncia, celebrándose poco después un juicio rápido que ha terminado en condena. "Familia, policía y juez sí la creyeron", destacan Las Kellys y la Plataforma 8M.

Críticas también al comité de empresa

"A la gravedad del hecho de una agresión sexual hay que sumar otros no menos graves, humillantes e indignantes: la omisión de socorro por parte del centro de trabajo y su comité de empresa, que es evidente, y la falta de protocolos en los centros de trabajo para los casos de violencias machistas", cuestionan, añadiendo que "es inadmisible que un hecho así suceda en un gran hotel que por ley debe contemplar un plan de Igualdad que incluya actuaciones en casos de acoso y agresiones sexistas". "Hay que decir basta y comenzar a trabajar para que en Lanzarote también la empresa privada trabaje en la lucha contra la violencia de género", reclaman.

Además, señalan que desde las Kellys de Lanzarote y la Plataforma Feminista 8M están "dispuestas a denunciar cada caso que ocurra para concienciar a toda la población, instituciones, grandes, medianas y pequeñas empresas en la importancia de luchar contra las agresiones hacia las mujeres, tan normalizadas todavía en nuestra sociedad".

"No vamos a dar ni un paso atrás en el camino recorrido en la lucha contra las violencias machistas y vamos a ponernos enfrente de todo el que no cumpla las leyes establecidas para defender a las mujeres. Estamos hartas de que se intenten silenciar casos como el que ahora ha sucedido y que se sigan alimentando y justificando actitudes claramente machistas", advierten.

"Las instituciones están dejando mucho que desear"

Además, piden colaboración de las instituciones, "que en la realidad están dejando mucho que desear en nuestra isla en el apoyo de la lucha de las mujeres". "No bastan buenas palabras en portadas, tertulias y entrevistas, pedimos a Cabildo y ayuntamientos medios de actuación y recursos suficientes. Los que existen son claramente deficitarios, muchas víctimas quedan solas, sin apoyo. Es bochornoso para toda la sociedad que después de una violación o una paliza debas esperar semanas para recibir ayuda, apoyo psicológico y jurídico, sufriendo así una doble humillación, la de tu agresor y la de la institución encargada de auxiliar", cuestionan.

Por eso, exigen que se elaboren planes de igualdad y protocolos de actuación ante las agresiones sexistas, con la correspondiente formación del personal tanto de la empresa privada como pública. "Es hora de aprender y dejar de justificarse por el desconocimiento. Debemos trabajar para hacer una sociedad igualitaria entre todas y todos", reclaman.