La lucha contra el tabaquismo se ha estancado en Canarias. Los datos lo avalan: aún hay varios sectores de la población en los que el porcentaje de fumadores supera el 20%, y a estas alturas "no debería ser así", según el médico de familia y experto en medicina preventiva Antonio Cabrera.

"Hemos constatado que desde principio de siglo hasta 2015 hubo un gran descenso de fumadores" pero el número sigue invariable desde hace años y el experto considera que esta situación, unida a la desactualización de la Ley Antitabaco, la baja fiscalidad del producto en las islas y las continuas estrategias de adaptación a la norma de las empresas, puede llegar a provocar "un rebrote" del consumo masivo.

En un estudio liderado por Francisco Javier Cuevas Fernández, del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna (ULL), se llega a la conclusión de que el 6% de los canarios ha dejado de fumar desde comienzo de siglo. Este descenso fue más pronunciado hasta 2008 (5%) y se ha estancado en los últimos años, especialmente en las clases sociales altas y medias.

Titulado La evolución del tabaquismo según clase social en la población adulta de las Islas Canarias durante el periodo 2000-2015: seguimiento de la cohorte CDC- Canarias, el estudio concluye que "la atenuación del efecto de las medidas, legislativas y sociales, así como las estrategias diseñadas por la industria tabaquera para burlar las limitaciones de la promoción del tabaco" han provocado un "repunte" del consumo en "hombres, personas de edad intermedia (nacidos entre 1950 y 1964), y clases sociales medias y altas".

La clase social baja en las Islas es la que registra una mayor prevalencia de consumo. Hombres y mujeres jóvenes de este grupo mantienen unas prevalencias del 28 y 27%, respectivamente. Asimismo, los investigadores han encontrado un dato "sorprendente", porque las mujeres de edad intermedia y clase alta continúan registrando una prevalencia elevada (25%).

"Es muy interesante porque es reflejo de una época en el que la industria lanzó mensajes liberadores para las mujeres asociados al consumo de tabaco", afirmó Antonio Cabrera, que también aparece como firmante en este artículo.

Una actualización legislativa

"Hay que seguir legislando y peleando porque la industria va a seguir queriendo vender y empujando", alertó Cabrera. Esa presión de las tabacaleras la ejemplifica en el negocio de los cigarrillos electrónicos. "Es una extraordinaria muestra de cómo se ajustan a la legislación", insistió el también director del proyecto CDC, que hizo hincapié en que "es otra forma más de fumar".

En este sentido, argumentó que la industria debería demostrar que este producto no produce enfermedades antes de ponerlo a la venta pero "tendría que gastarse millones y muchos años, con lo que no le saldría rentable". Por tanto, hizo cómplice a los gobiernos de haber permitido que la industria pudiera poner a la venta este producto sin antes demostrar científicamente que no causaba dichos problemas en la salud. "Ya hay estudios que demuestran la relación entre el consumo de cigarrillos electrónicos y las muertes por tabaquismo", remarcó.

El Ministerio de Sanidad anunció el pasado mes de junio su pretensión de modificar ciertos aspectos de la Ley 28/2005, también conocida como Ley Antitabaco. Y según este estudio, lo ideal será que se siga avanzando conjuntamente en medidas legislativas, fiscales y sociales para disminuir el número de fumadores, pero sin tener que llegar a establecer "una ley seca". "No soy partidario porque está comprobado que aumenta el contrabando y la delincuencia", afirmó Cabrera, que aboga por que "en los lugares donde no esté la persona fumadora sola, no se pueda fumar".

El estudio, asimismo, pone el foco de los problemas en la "blanda" fiscalidad de Canarias con la industria. Y es que, por ejemplo, durante la crisis, un paquete de cigarrillos de una determinada marca costaba 4,50 euros en la Península pero solo 1,90 euros en el Archipiélago. "Con los serios problemas de salud que tenemos en Canarias, muchos de ellos asociados al consumo de tabaco, endurecer la fiscalidad sería tanto un nicho de salud como de dinero", concluyó el experto.

Claves

  • Tasas aún muy altas. Que aún haya algunos grupos en los que más del 20% siga fumando es una mala señal. Para el experto en Salud Pública Antonio Cabrera, es necesario "seguir trabajando" porque el tabaco es la causa principal de "miles de enfermedades y muertes".
  • Tendencia similar. Los datos recabados para esta cohorte formada por unas 5.000 personas -que al principio del estudio ascendían hasta 7.000- muestran una tendencia similar que la que se ha vivido en general en el resto de España. Pero en los últimos años no ha habido mejoras.
  • Una década de descenso. Los diez primeros años del siglo (de 2000 a 2010) registraron un descenso muy pronunciado del tabaquismo en la ciudadanía, debido especialmente a la regulación legislativa de su consumo. Después, "la industria encontró la manera de acomodarse" y las medidas se han ido relajando con el paso de los años.