Juan Antonio Martínez Camino (1953) es el obispo auxiliar de Madrid. El religioso, jesuita y etiquetado como ultracatólico, pasó diez años de su vida como secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, desde 2003 a 2013. En esa época, el sacerdote de origen asturiano se enfrentó al entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) en asuntos como el matrimonio homosexual y la ley del aborto. Juan Antonio Martínez Camino es el coordinador de las ponencias pronunciadas en el curso de La Granda. La conversación se desarrolla en la planta baja de la residencia de La Granda, en el salón, mientras los asistentes al curso y el resto de ponentes comienzan la comida.

¿Tiene usted algún santo de referencia?

Hay varios, uno de ellos es san Ignacio de Loyola; yo soy jesuita. Me ha ayudado mucho a entender lo que es ser cristiano y lo que es mi vocación personal.

¿Qué elementos destacaría de él?

San Ignacio de Loyola es un hombre que pone a la Iglesia en la línea de lo que es la misión de la Iglesia en el mundo moderno. Coincide con el descubrimiento de América, es un santo moderno y a su vez recoge también la tradición de la Iglesia antigua. Con el arma del discernimiento espiritual ayuda a comprender en qué consiste la condición cristiana personal en este momento. Empieza a darle relevancia a la conciencia personal, la libertad que se ejerce en respuesta al llamado Dios. Tengo otro santo referente a nivel personal, que tiene que ver con Oviedo y Asturias y que fue canonizado en 2009; es un santo moderno que murió con 27 años, estudió Arquitectura, fue monje y se llama san Rafael Arnáiz. Este santo de nuestro tiempo refleja las inquietudes de los grandes santos de la mística española del Siglo de Oro con el lenguaje de un chaval que andaba en coche por Asturias, que fue a estudiar Arquitectura y sintió la vocación de la vida monástica y que murió joven en 1938 habiendo sido capaz de expresar la mística de Cristo en el siglo XX.

En esos procesos de canonización, ¿podrían entrar protagonistas del rescate de personas inmigrantes en el mar Mediterráneo?

Si se demuestra que alguien da la vida por otra persona para salvarla del naufragio, puede ser un caso. Dar la vida para salvar a otra de la muerte u otra amenaza serviría.

Siguiendo con el 'Open Arms', ¿qué le sugieren esas imágenes que estamos viendo día a día?

Es una cuestión presente en toda la historia; siempre ha habido migraciones y nosotros los cristianos tenemos la obligación de atender a los extranjeros y a los inmigrantes por caridad. Esa obligación está regulada por "lo posible". Como dice el Papa Francisco, no se puede no tener en cuenta las leyes que organizan la convivencia de los ciudadanos en los Estados. Los cristianos no somos anarquistas, hay que respetar las leyes y las fronteras. Y entonces hay que conjugar la capacidad real de atender a las personas con el respeto a la ley, porque, sin la ley, se derrumba el respeto, la convivencia y la paz.

¿En qué estado de salud se halla la Iglesia? Le pregunto esto teniendo en cuenta el descenso de matrimonios religiosos en comparación con los civiles.

Bajan todos los matrimonios.

¿Hay una crisis de fe?

Hay una crisis de fe y de humanidad. Bajan todos los matrimonios, baja el compromiso público y social de las personas. Hay más individualismo, las personas prefieren querer disfrutar por sí mismas y eso implica una bajada del compromiso de la solidaridad real y de la fidelidad. Para comparar los matrimonios civiles y canónicos habría que comparar entre un casamiento de hombre y mujer por primera vez. Para ser un matrimonio canónico han de ser libres los dos. Los civiles no, incluso puede ser hasta siete veces la misma persona. No se pueden comparar. Es como comparar barcos con ovejas. Hay que dar las cifras de los matrimonios civiles entre hombre y mujer, estando los dos cónyuges libres. Están bajando los matrimonios religiosos, también, pero no tanto.

Actualmente, ¿hay enlaces entre hombres divorciados o mujeres divorciadas en la Iglesia?

No puede ser. Para casarse no tienen que tener vínculo anterior.

¿Y la Reina Letizia?

La Reina Letizia no tenía un vínculo anterior canónico.

Se había casado antes por lo civil.

No tenía un impedimento para casarse por la Iglesia. No hay excepciones ni para reyes ni para ricos, ni para nadie.

En los últimos años estamos asistiendo a un auge del movimiento feminista y paralelamente está creciendo el número de agresiones sexistas. ¿Cómo lo ve?

Es un tema complejo. Había que ver las raíces de la violencia contra las mujeres, que es lamentable. También es lamentable la violencia contra los niños, contra los mayores y la de los varones contra los varones, que supone el mayor número de asesinatos. No importan los números, lo que importa es la falta de respeto hacia la otra persona, sea hombre o mujer, niño o anciano. Todo ser humano ha de ser respetado incondicionalmente. Y por eso se necesita una educación en esta materia. Se necesita ver en el otro a una persona, un ser al que hay que respetar. Y como la cultura actual es una cultura de lo relativo, de lo no absoluto, de lo transitorio, es necesaria una buena educación. Y para esto ayuda la educación religiosa, es educación que busca en el amor incondicional de Dios, nos enseña a respetar la vida. El cristianismo es amar al prójimo por Dios, no es amarle menos, se trata de hacerlo desde el origen de la incondicionalidad. No es lo mismo la filantropía que la fe cristiana.

Actualmente, el posible traslado de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos está en manos de la justicia. ¿Qué le parece esto teniendo en cuenta que uno de los destinos puede ser la catedral de la Almudena, siendo usted, además, obispo auxiliar de Madrid?

No puedo hablar en nombre de la Diócesis de Madrid.

¿Y usted cómo lo ve desde un punto de vista personal?

Es un tema de justicia y como tal ha de ser tratado, no como un tema de política de corto alcance que a veces no tiene en cuenta la justicia. Hay que tratar las cosas con perspectiva y no para conseguir un fin político inmediato; es un tema complicado con muchas vertientes y hay que verlo con grandeza de miras, como se hizo en la Transición. En esa época se habló de mirar al futuro, más a la convivencia, paz y reconciliación y frente a los agravios y vivencias del pasado. El pasado es pasado y, si queremos un futuro de paz y comprensión, no debemos mirar al pasado.

"Estamos pensando en canonizar al 'héroe del monopatín' de Londres por su gesto heroico"

¿Qué requisitos hay que cumplir para ser santo? Al menos, se ha de hacer un milagro o ser un mártir. ¿Actualmente, en el siglo XXI, cómo ha evolucionado ese proceso? La santidad es una llamada para todos los bautizados, para todos los hombres. Es una puerta abierta, es la vocación humana, que es alcanzar el amor infinito, el amor perfecto y la santidad es eso. Ahora, los requisitos para ser considerado santo de altar son haber dado la vida por la fe y no haber antepuesto la propia vida terrena a la vida eterna. Si se prefiere el amor infinito de Dios a la vida temporal y morir, y eso son los mártires, que tienen mucho coraje espiritual y que han entregado la vida día a día, y eso se demuestra en que tienen fama de santidad entre la gente, han vivido la caridad, la esperanza y la fe de manera coherente, y eso tiene que ser corroborado. Entre los mártires y las virtudes heroicas, el Papa Francisco ha abierto una vía de canonización para los que dan su vida por amor al prójimo y por el momento aún no hay ningún proceso abierto. ¿Hay casos que son por fe o por entregar la vida por otra persona? Este tipo de casos pueden abrirse. Si hay un cristiano bueno, normal... Por ejemplo, el héroe del monopatín, que fue un madrileño (Ignacio Echeverría) que en el atentado de Londres dio su vida por salvar a un policía y una chica. Estamos pensando en introducir la causa de este madrileño por esta vía. Era buen católico normal, de base, que iba con su misal. Hace este gesto heroico y podría ser un caso de canonización por su ofrecimiento libre y voluntario.