A causa de los incendios que han asolado Gran Canaria durante las últimas semanas se ha reabierto el debate sobre si Canarias necesita una base de hidroaviones. Muchas voces piden una base permanente en la Comunidad, entre ellos el mismo presidente, Ángel Víctor Torres. Sin embargo, los expertos aseguran que las características de estas aeronaves no son las más adecuadas para las Islas y prefieren otras soluciones como los aviones anfibios o aumentar el número de helicópteros. Las Islas no poseen ninguna base de hidroaviones y centran actualmente sus medios aéreos contraincendios en los helicópteros: 13 desplegados por las Islas más una avioneta anfibia en La Gomera.

Inconvenientes del hidroavión

Según explicó Javier Blanco, técnico helitransportado del Cabildo de Gran Canaria que participó en las labores de extinción de los últimos incendios, los hidroaviones presentan tres problemas principales. El primero es la maniobrabilidad, pues la trazada de su vuelo dificulta la adaptación a la orografía de Canarias. Por ejemplo, si el incendio se produce en un barranco, gran parte del agua se va a evaporar antes de tocar el suelo a causa de la altura a la que vuela.

El segundo es que solo pueden cargar en el mar o en el aeropuerto. Si cargan en el aeropuerto, interrumpen el tráfico comercial, y si van al mar, introducirán agua salada en el medio ambiente. Esto último no es algo extremadamente grave, pero tampoco es recomendable. En la Península también tienen la opción de recargar en embalses, pero aquí son pocos y muy pequeños. El último problema es la relación entre el coste y la eficiencia. Una base de hidroaviones sería muy cara en comparación con los rendimientos que se obtendrían.

En cualquier caso, aumentar los recursos nunca será negativo. Aunque los hidroaviones no se adapten perfectamente a las Islas siempre serán una gran ayuda a la hora de apagar incendios. En este sentido se pronunció Carlos Barrera, presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios de Tenerife. "Para la orografía del Archipiélago vienen mejor los helicópteros, pero los hidroaviones también son una buena arma. Todos los medios aéreos son necesarios y estos se combinan bien. La principal ventaja del hidroavión es su capacidad, que puede llegar a duplicar la de un helicóptero. Además puede lanzar el agua de varias veces".

Las soluciones

En vez de hidroaviones, Javier Blanco cree que sería más conveniente invertir en helicópteros de alta capacidad. "Ya tenemos varios ligeros que tiran entre 900 y 1.000 litros y medios que tiran entre 1.200 y 1.500 litros. Lo que necesitamos es otro modelo como el Kamov que está en el sur de Tenerife, con capacidad para 4.500 litros. Yo apostaría por localizar ese en el aeropuerto de La Gomera y otro de iguales características en Gran Canaria", comenta Javier.

Por su parte, el piloto Javier Barañano cree que la mejor opción sería instalar una base de aviones anfibio Air Tractor. Estos presentan grandes ventajas respecto a los hidroaviones Canadair que han estado trabajando en Gran Canaria. Al cargar en tierra, los Air Tractor podrían utilizar agua dulce con retardante, un producto viscoso que ayuda a retrasar la evaporación y crea una franja en el suelo que sirve como cortafuegos. Los depósitos pueden albergar entre tres o cinco litros y se llenan en menos de un minuto, por lo que el tiempo tampoco sería un problema. Además son mucho más rápidos y maniobrables que los Canadair.

Barañano propone incluso una ubicación para establecer la base de aviones anfibio. "En el sur de Gran Canaria tenemos un aeródromo que es una maravilla, el de Berriel. Es un aeródromo pequeño pero con una pista de despegue más que suficiente. Allí podríamos instalar una base permanente que no dependa del nivel de activación, sino que desde el momento en que se produzca un foco en cualquier isla lo podamos extinguir rápidamente".

Imagen creada por @eb4ewl

Problema de descoordinación

Barañano también resalta un problema en el que pocos expertos recaen: la falta de coordinación entre instituciones. Las competencias de extinción de incendios en España están atribuidas a las comunidades autónomas y a los cabildos, dependiendo del nivel de gravedad del fuego. El resultado es que a la hora de apagar un incendio grave como el de Gran Canaria se juntan medios aéreos de cinco o seis administraciones y la organización se complica.

También cree que sería muy útil contar con la figura del coordinador de medios aéreos, algo que existe en otras comunidades autónomas. Es un piloto agroforestal que va en los helicópteros con una planilla de los medios aéreos que están trabajando, el tiempo de vuelo que les queda, los descansos, etc. Una manera muy eficaz de planificar el ataque al fuego sin que se solapen los efectivos. En Canarias estas indicaciones las suele dar un ingeniero de montes que normalmente no tiene conocimientos acerca del trabajo de un piloto.