Desde que el róver Curiosity llegó a Marte en agosto de 2015, no ha dejado de enviar datos sobre las características del Planeta Rojo. Los analistas han descubierto, por ejemplo, que su atmósfera es mucho más delgada que la que rodea la Tierra, nada menos que cien veces más fina.

Una gran parte de estos hallazgos se ha podido descubrir a través de la estación meteorológica que lleva a bordo el róver y que fue diseñada por el Centro Español de Astrobiología, un organismo asociado a la agencia espacial norteamericana (NASA).

Precisamente, analizando los datos que llegan desde Marte, un grupo de científicos, coordinado por el español Jorge Pla-García, reconocido investigador en ciencias planetarias que trabajó durante varios años en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), se ha llegado a detectar la existencia de metano en la superficie de ese planeta.

Jorge Pla-García considera que el origen de ese elemento "debe ser geológico, y puede proceder de los hielos que están debajo de la superficie del planeta y que mantienen atrapado al metano". "Esto debió de producirse en el pasado de Marte", matiza. A pesar de mantener como más probable este razonamiento sobre el origen de este gas, el grupo de expertos no descarta una procedencia biológica. Lo que supondría que cuando el llamado Planeta Rojo era mucho más joven pudo albergar algún tipo de vida, de microorganismos.

El investigador del instituto español entiende que este hallazgo representa una gran oportunidad para la comunidad científica: "Sería necesario enviar a Marte una tecnología que fuera capaz de resolver los enigmas que rodean la existencia de este metano, y sobre todo determinar su origen".

El próximo año está previsto que un nuevo róver, similar al Curiosity, y que cuenta con elementos tecnológicos que sí podrían determinar si el metano que se encontró en la superficie del Planeta Rojo tiene un origen biológico, pero como advierte Pla, "lamentablemente lo que no será capaz es de detectar el metano en el aire; no ha sido preparado para esto".

Posturas enfrentadas

El hallazgo de este grupo de expertos, liderados por el español Pla, y que ha contado además con la participación de los belgas Karatekin, Gloesener y el estadounidense Rafkin, ha supuesto una pequeña revolución en el panorama científico. En torno a la existencia o no de metano en Marte existen versiones enfrentadas.

Hace unos días, un equipo científico europeo y ruso del que forma parte el astrofísico español José Juan López Moreno negaba la existencia en el Planeta Rojo del gas. Sostenía que los equipos que orbitan cerca de Marte, diseñados específicamente para medir la composición de su atmósfera y la distribución en altura de cada componente, no han detectado nunca concentraciones de metano.

En cambio, la NASA informó hace unas semanas de la detección, por parte del rover Curiosity de la "mayor cantidad de metano que se haya medido durante la misión". El metano puede ser de origen orgánico o geológico. La primera hipótesis despertó el sueño de haber encontrado indicios de vida en este planeta.

Poco después, los niveles disminuyeron de una manera considerable. La agencia reconoce que el Curiosity carece de instrumentos para identificar el origen del metano, por lo que también para los científicos de la NASA "el misterio del metano continúa".

Jorge Pla explica que los estudios en los que se basa López Moreno solo han tenido en cuenta las mediciones que se han hecho en órbita. La teoría del equipo del científico español es que el metano que ha localizado el Curiosity está en la superficie, "y debe existir algo en la atmósfera del planeta que al elevarse lo destruye; por eso en órbita no se detecta su existencia".

Para el investigador habría que "llegar a determinar ese desconocido mecanismo de destrucción del metano cerca del suelo, y eso reconciliaría las medidas del Curiosity con nuestras simulaciones y explicaría que la misión de los sistemas de medición en órbita de Marte no detectara metano por encima de los 3 kilómetros de altitud". De esta forma se explicaría que los análisis del equipo de López Moreno no logren capturar la presencia de este gas.

Medición de metano

Lo que parece claro es que la medición de metano en el cráter Gale en Marte, realizada por un espectrómetro láser a bordo del róver Curiosity de la NASA, fue recibida en su momento con una gran expectación, debido, sobre todo, a las implicaciones que la presencia de metano tendría en la posible existencia de organismos marcianos.

El trabajo de este equipo de científicos, vinculados con el Centro español de Astrobiología, ha sido publicado en el Journal of Geophysical Research. El objetivo final de este estudio ha sido conocer la ubicación exacta de la zona de emisión, su extensión espacial, durante cuánto tiempo está siendo liberado el metano y si los modelos son consistentes con los datos obtenidos por el Curiosity.

El siguiente paso de gigante será dotar a otro róver con la tecnología avanzada que pueda desentrañar los enigmas que rodean a este gas metano en el cráter de Marte. Y también poner luz a su origen.