El verde ha dado paso al negro. El incendio que se originó el pasado sábado en el pago de Cueva Corcho, en el municipio grancanario de Valleseco, ha tiznado bosques como Pinos de Gáldar o Tamadaba, que hasta hace unos días mostraban un saludable verdor; manchado las paredes de color blanco impoluto de algunas viviendas de Tejeda o Fontanales; y arrasado los terrenos agrícolas que se levantan en forma de terrazas por el abrupto Barranco Hondo.

El fuego en Gran Canaria ha dejado tras de sí un manto oscuro en medianías y cumbres después de calcinar más de 10.000 hectáreas de superficie, que lo convierte en el más importante de España desde el año 2013. Los datos positivos hay que buscarlos en que las llamas perdieron ayer parte de su intensidad gracias al trabajo de más de un millar y la mejora de las condiciones del tiempo, que evitaron que entrara en la Reserva Integral de Inagua, como se temía.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró ayer que la previsión de los técnicos es que en dos días el incendio forestal de Gran Canaria quede estabilizado y manifestó, tras sobrevolar la superficie afectada, que la zona está "ampliamente devastada". No obstante, Robles, que viajó a Gran Canaria donde se reunió con el presidente regional, Ángel Víctor Torres, y con los mandos militares de las unidades desplazadas, detalló según informó Efe que "por suerte" la situación en las últimas horas es más optimista. "Ha sido un incendio pavoroso", subrayó.

Ángel Víctor Torres informó anoche que el fuego se encuentra "en fase de estabilización", permitiendo su evolución el realojo de unas 4.000 personas de varios barrios de los municipios afectados. Para conseguir este progreso en la evolución del incendio continúan trabajando en la extinción del mismo más de 1.000 personas -durante la noche unos 400-, de los que unos 390 pertenecen a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Así, hasta el momento el perímetro del gran incendio forestal ha crecido hasta los 112 kilómetros debido a los recovecos y ha quemado más de 10.000 hectáreas, donde se han descargado solo ayer 1,6 millones de litros de agua gracias a los 16 medios aéreos, a los que hoy se incorporarán dos Kamov, para colaborar con los efectivos de tierra.

Según datos provisionales del Ministerio de Agricultura, este incendio de Gran Canaria es uno de los más importantes ocurridos en los últimos diez años en el país. El fuego obligó a evacuar a unas 10.000 personas, pero las labores de extinción y la mejoría del tiempo hacen que se encuentre en fase de contención en sus dos flancos, si bien persisten focos activos, como el que afecta al pinar de Tamadaba en varios kilómetros.

El comportamiento del viento durante la noche del lunes evitó que el fuego, cuyo perímetro ya alcanza los 78,8 kilómetros, no entrara en la Reserva Natural de Inagua, que era uno de los mayores riesgos que presentaba este fuego en las últimas horas, ha informado Torres. Hasta el momento han sido diez los municipios grancanarios afectados por las evacuaciones, casi la mitad de los 21 que tiene la isla, y, aunque todavía se desconoce el número, hay viviendas afectadas. Los medios aéreos se centran esta jornada en estabilizar el perímetro del fuego que afecta al flanco sur del fuego, con el fin de que no llegue al municipio de La Aldea.