El devastador incendio que avanza sin control destrozando la fisonomía de Gran Canaria y tiñendo de terrorífico rojo el alegre verdor de la reserva de Tamadaba "no se puede achacar de forma taxativa e inmediata al cambio climático, mucho menos cuando aún se desconocen las causas que lo han provocado". Este análisis lo realiza Víctor Quintero, director del Centro Meteorológico de la Aemet en Santa Cruz de Tenerife, que sí reconoce que el aumento de las temperaturas a nivel global producido por la egoísta mano del hombre "puede convertirse en una causa adicional para favorecer el fuego, sobre todo en las zonas de monte".

El jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, asegura que incendios como el de Valleseco "no se han visto nunca" y vincula estos nuevos fenómenos con el cambio climático". ¿En qué medida es responsable el calentamiento global de un fuego tan devastador?

Desde el punto de vista estrictamente meteorológico, un episodio concreto, bien sea de altas temperaturas o de grandes precipitaciones, no se puede asociar taxativa e inmediatamente al cambio climático, y mucho menos cuando hablamos de un incendio del que aún se desconocen la causas que lo han provocado. El cambio climático ha provocado un aumento de las temperaturas a nivel global, algo que también está ocurriendo en Canarias, lo que sin duda puede convertirse en una causa adicional para favorecer el fuego, sobre todo en zonas de monte; pero un incendio concreto no se puede achacar de forma taxativa al cambio climático.

Sin embargo, el fuego de Tamadaba se está caracterizando por la longitud de las llamas y por su velocidad de propagación, que han sido definidas por el Cabildo grancanario como "tormentas de fuego que no se parecen a un incendio convencional".

Yo creo que se refieren a que el incendio avanza muy descontrolado por una zona muy amplia, que está propagándose de una forma voraz y, además, con unas llamas que son muy altas, alcanzando incluso los 50 metros de altura. Una longitud que viene dada, más bien, por el tipo de vegetación que existe en la zona. Asimismo, hay que añadir que a esto se suma que las condiciones meteorológicas actuales, tanto en el caso de este incendio como de los anteriores, no favorecen la extinción, pues tenemos vientos moderados con intervalos de fuerte que se rachean, que cambian de dirección según la orografía y, por lo tanto, alteran las líneas de propagación del fuego, que se encauza por barrancos y sitios de difícil accesibilidad. Es cierto que todo influye, pero no son las condiciones climáticas las que están propiciando que el fuego sea tan extenso, posiblemente lo favorezca más el combustible, es decir, los árboles altos, que ayudan a que las llamas se extiendan verticalmente. La única conclusión que se puede sacar desde el punto de vista meteorológico es que la altas temperaturas no ayudan a extinguir el incendio sino al contrario, que sirven para propagarlo.

En el caso de que este tipo de patrón se repita en sucesivos incendios ¿entraría entonces en la ecuación el cambio climático?

En el ámbito de la climatología, hay que establecer un periodo de tiempo lo suficientemente amplio en el que se pueda comprobar que se ha producido una serie de fenómenos o que éstos han ido en aumento. Pero en el caso de los incendios, intervienen distintos factores, entre ellos que muchos son provocados o causados por un accidente, por lo que no tienen nada que ver con el cambio climático. Evidentemente, el aumento de las temperaturas no favorece la extinción del fuego, pero las causas que lo provocan son muchísimas y muy amplias, y muchas de ellas están muy lejos de tener algo que ver con el cambio climático.

¿Qué condiciones meteorológicas deberían darse para que el fuego comenzase a remitir?

Tendrían que cumplirse tres condicionantes:?temperaturas más bajas, humedad más alta y vientos más flojos y constantes. En primer lugar, cuanto más desciendan los termómetros, mejor. A esto habría que añadir que el aire no fuera tan seco, pues su propio contenido de vapor de agua favorecería la extinción del incendio. Finalmente, el viento tendría que amainar y mantener una dirección lo más constante posible, pues así se evitaría la propagación del fuego en una determinada dirección y se podrían centrar las labores de extinción.

¿Los alisios ayudan o dificultan la lucha contra el fuego?

Depende de cómo sea el alisio. Su dirección exacta en cada momento varía según la posición y situación del Anticiclón de las Azores, que ha provocado que el verano haya sido relativamente fresco hasta estos últimos episodios. Hasta ahora, los alisios tenían un recorrido mayoritariamente marítimo, por lo que introducían un aire más fresco y húmedo en las Islas. Sin embargo, ese alisio ha cambiado su orientación a lo largo de esta última semana, cuando ha empezado a entrar un poco más del este.