Aunque Tenerife cuenta con una amplia red de senderos homologados, cada vez más gente se aventura a realizar rutas no reguladas, sin señalizaciones, algunas de las cuales tienen mucho riesgo. Los caminos estrechos en grandes acantilados son el principal peligro. En otras ocasiones el riesgo viene desde arriba, pues son frecuentes los desprendimientos. Además, se ha puesto de moda recorrer los canales, algo que está totalmente prohibido en Tenerife y lideran el ranking de peligrosidad.

En ocasiones lo hacen por conseguir la foto, pues estos senderos y sus vistas siempre quedan bien en las redes sociales y ofrecen panorámicas impresionantes. Otras veces lo hacen por puro atrevimiento, ya que los caminos poco concurridos y los pasos complicados pueden resultar muy atractivos si lo que se busca es adrenalina. Lo cierto es que estas rutas se han puesto de moda entre los más atrevidos y muchas veces la población no conoce realmente el peligro al que se expone.

Vicente Infante, alias Ciencias, vocal de senderos de la Federación Tinerfeña de Montaña, apunta a las redes sociales como el principal motivador de esta moda: "Cualquier persona puede grabar el recorrido con su móvil y subirlo. Pero no dicen si es seguro, sino que muestran una sonrisa y animan a la gente a que vaya". "Antiguamente sí existía un criterio de conservación del monte. Ahora simplemente van buscando nuevas experiencias. Se podría decir que es una conducta urbanita la que lleva esta gente al monte", asegura. Además, destaca el caso de Wikiloc, un portal creado específicamente para publicar rutas: "Cualquiera puede usarlo y se compite a ver quién cuelga más tracks".

El montañero Pedro Millán también comparte la teoría de que las redes sociales generan un potente efecto llamada: "Estos senderos los solían hacer los montañeros que siempre se han dedicado a ir por sitios peligrosos. En los últimos tiempos, fundamentalmente a través de las redes sociales, se han popularizado mucho porque la gente quiere vivir experiencias diferentes. Ven esos lugares, esas fotos espectaculares, con unos precipicios impresionantes, y quieren ir. El problema es que muchas veces no saben lo que les espera".

"Los montañeros de antes iban preparados, con calzado adecuado, con casco... En definitiva, con todo el equipamiento. Lo que ocurre es que ahora mucha gente va con tenis normales, pantalón corto, camiseta de asillas... Y ahí están los riesgos. Cada vez va más gente, por lo que tarde o temprano ocurrirá una desgracia. Es inevitable".

También advierte de que muchos de los senderistas que tienen que ser socorridos suelen ser turistas cuyo conocimiento de la región es inexistente: "Vienen de otros países y piensan que esto es la eterna primavera y que no hay peligro. La mayor parte de los accidentados son gente de fuera, turistas, sin conocimiento ninguno sobre el territorio".

Ante este problema, ambos coinciden en que la solución pasa por "la concienciación". Según Vicente, "existe información pero cuesta encontrarla y es confusa". "Cada institución señaliza los caminos de manera distinta y esto genera confusión. Lo que se ve en el panel de inicio de un sendero puede no coincidir con lo que pone en el folleto y esto, a su vez, con lo que aparece en la página web. Además, las señales suelen estar caídas, rotas o pintadas", apunta.

"A partir de los 2000 se produjo un boom de ayudas para homologar senderos, pero no para su conservación". Y añade, "La Palma es el mejor ejemplo de buen hacer en cuanto a la planificación de una red de senderos. Allí existe una sola red y su página web está actualizada en todo momento, con avisos sobre el estado de los senderos. Además, no permiten que se deteriore la señalización".

Por su parte, Pedro Millán cree que "la solución no es poner barreras al inicio de estos caminos, porque la gente las rompe". "Además son lugares alejados de las carreteras, por lo que no puedes tener vigilantes ahí continuamente. Lo que se puede hacer es difundir información e intentar concienciar del peligro que se corre. La única vía no es prohibir, hay que dar a conocer los miles de kilómetros de senderos habilitados y bonitos que no suponen tanto riesgo", matiza.

A continuación aparece una recopilación de algunas de las rutas o caminos más peligrosos de la Isla, unos homologados y otros no. Algunos se han cobrado incluso víctimas mortales. Incluso donde el recorrido ha sido acondicionado, los accidentes siguen produciéndose.

Las ventanas de Güímar. Este canal atraviesa el angosto Barranco de Badajoz por la parte alta y, al igual que en el resto de canales de la Isla, el tránsito está prohibido. Tiene tramos complicados en los que hay que pasar pegado a la pared para no caer. No obstante, el peligro real de este canal son los desprendimientos. De hecho, en medio del recorrido hay una pala mecánica que cayó hace tiempo y que probablemente no se retire nunca. La vegetación de la zona es el pinar, aunque el principal atractivo son las vistas. Existe un informe que advierte de la inviabilidad de adaptar este recorrido, aunque de hacerlo, supondría un gran impulso para el municipio.

En septiembre de 2018 un hombre alemán de 48 años que realizaba este recorrido se precipitó al vacío. Tuvo que ser evacuado en helicóptero y afortunadamente solo sufrió traumatismos y contusiones. Es una de las consecuencias que está teniendo la popularización de este canal.

Canales de Teno. En Teno existe una amplia red de canales y el más peligroso, sin duda, es el que llega a Los Gigantes. Tiene pasos muy estrechos y con una gran caída donde la gente tiende a quedarse bloqueada. La vegetación de la zona es escasa y el atractivo está en los grandes acantilados. Por esta zona abunda el lagarto moteado, reconocible por sus grandes dimensiones y el guincho, el águila pescadora. Junto a la de las Ventanas de Güímar, esta es una de las rutas que mayor promoción está recibiendo a través de las redes sociales.

Playa de Antequera, Anaga. Para llegar a la playa de Antequera hay varias opciones. La más complicada y totalmente desaconsejable es la que baja desde el Semáforo de Igueste. Tiene varios tramos de mucho vértigo y ni siquiera puede considerarse un camino, es un paso de cabras. El sitio se dio a conocer hace 30 o 40 años por un accidente que sufrió un grupo de scouts. En uno de estos pasos complicados una mujer resbaló y se agarró de uno de sus compañeros. Ambos cayeron, él falleció y ella quedó en silla de ruedas.

En julio de 2018 también se descubrió en una zona de difícil acceso cercana a este camino el cadáver de un joven mexicano que había desaparecido meses antes. Algo que pone de manifiesto las dificultades de realizar este recorrido. Hay que tener en cuenta que la propia playa también está considerada como peligrosa. En junio de este año el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife colocó un cartel que advierte de los riesgos en diferentes idiomas.

Playa de los Patos, La Orotava. Hace seis años se prohibió la bajada a la Playa de Los Patos, en La Orotava, por el riesgo de derrumbe de su escalera de acceso. El paso más complicado es un tramo en el que faltan tres escalones y que deja a la vista una gran caída. Un año después se intentó reconstruir pero la estabilidad del terreno era peor de lo que se esperaba y el presupuesto se disparó. A día de hoy sigue cerrada, aunque los más temerarios siguen utilizándola para bajar. En cualquier caso, la dificultad de acceso a estas playas del norte ha ayudado a su conservación.

Barranco de Masca, Buenavista. En este caso sí existe sendero y está homologado, y aunque se ha invertido casi un millón de euros en acondicionarlo, actualmente está cerrado. Es posible que caigan piedras desde la parte alta, pero el mayor riesgo es la falta de información sobre su dificultad. La gente piensa que es un paseo hasta la playa. Pero son cuatro horas de descenso, y aunque ahora hay un cable metálico en gran parte del camino, tiene pasos con una gran caída.

El barranco es uno de los puntos negros de la Isla, con gran cantidad de accidentes. Por poner un ejemplo, en octubre de 2017 un turista alemán murió tras caer de una altura de ocho metros. En la actualidad, el Ayuntamiento de Buenavista tiene previsto reabrir el sendero y cobrar por un paquete que incluye transporte en guagua, descenso del barranco y vuelta en barco. Algo que choca directamente con el derecho de libre acceso a un espacio que es público.

Para los senderos oficiales

Aún cuando el sendero elegido esté homologado, existe una serie de recomendaciones muy útiles para evitar accidentes o contratiempos. Cada recorrido tiene unas condiciones distintas y hay que saber planificarse antes de empezar. Lo principal es no ir solo y, a poder ser, acompañado por alguien que conozca la ruta y pueda indicarte como realizarla de forma segura. Es aconsejable formarte en un grupo montañero, aunque eso no siempre es fácil. En el caso de hacerla solo, siempre hay que avisar a alguien de lo que vas a hacer. También es importante la planificación del recorrido, es decir, ser consciente de la duración, la pendiente, la meteorología, etc. en caso de dudas, lo más seguro es consultar en un punto de información. Allí te indicarán la ruta más adecuada para las personas que van a realizarla. Y por supuesto, el agua y la comida son indispensables.

El equipamiento adecuado

La ropa y el calzado tienen que estar acorde a la actividad que se va a realizar. El calzado es fundamental, no vale cualquier tenis de deporte. Utilizar botas de montaña te ayudará a evitar torceduras, resbalones o heridas. Además, hay que procurar que la bota esté amoldada al pie, es decir, no debes estrenarla el día de la excursión. Si la ruta se realiza en verano, es recomendable el uso de gorra, gafas de sol y crema solar, sobre todo si el camino carece de vegetación y está expuesto. Por contra, si la ruta tiene lugar en invierno habrá que llevar ropa de abrigo. Un forro polar para cubrirse del frío, ropa térmica por si bajan bastante las temperaturas y un chubasquero si cabe la posibilidad de que haga mucho viento o de que vaya a llover. También puede ayudar bastante el uso de bastones de montaña.