Varias piscinas públicas de la Comunidad Valenciana se están viendo obligadas a cerrar en pleno verano debido a actos vandálicos que responden al último reto viral propagado por internet: defecar en el agua.

Municipios como Catarroja, Tavernes, Segorbe y Alcoy han sido víctimas de tan escatológico y nada cívico "desafío" (challenge en el argot de la Red).

Estas gamberradas pueden suponer un grave riesgo para la salud de los bañistas, motivo por el cual hay consistorios que están tomando medidas como la de identificar a todos los usuarios que acceden a las piscinas municipales.

La presencia de excrementos en el agua obliga a una desinfección íntegra de la piscina mediante productos químicos, cuyo coste puede superar los 1.000 euros.

En los últimos años la piscina pública del Monte Tossal en Alicante ha tenido que cerrar en más de una ocasión al aparecer excrementos flotando .