Entre las diez y media y las once menos cuarto de anoche, un grupo de trece internos que se encontraban retenidos en las dependencias del CIE de Hoya Fría, en Tenerife, protagonizó una nueva fuga, que se suma a la que tuvo lugar la mañana del sábado de la semana pasada, en la que intervinieron 24 personas, de las que 6 se encuentran todavía en paradero desconocido.

Las fuentes consultadas por este periódico señalaron que, como sucedió hace siete días, la huida no fue el resultado de un motín, sino producto de la habilidad de los internos, quienes aprovecharon el cambio de turno policial para forzar una reja y darse a la fuga en estampida.

En su intento por retener a los huidos, uno de los cinco agentes de la Policía Nacional de servicio en el CIE resultó lesionado, requiriendo puntos de sutura.

Dos de los fugados, que se lanzaron por la zona de la batería de Los Moriscos, fueron capturados y reingresados en el centro.

Los agentes de la Policía Nacional solicitaron el apoyo de unidades de la Policía Local de Santa Cruz para localizar a los huidos.

Este episodio vuelve a traer al primer plano de la actualidad, por un lado, la idoneidad de estas infraestructuras, incluso hasta su legalidad, y, de otro, sus condiciones, desde un trato humillante, escasa atención médica y también mucho sufrimiento.

El Informe sobre los CIE 2018, elaborado por el Servicio Jesuita de Emigrantes (SJE), destaca, entre otros aspectos, que el centro de CIE de Hoya Fría, en Tenerife, es el que ofrece el registro más alto en cuanto a días de internamiento se refiere, con un valor medio de 34,32 días, frente a los 30,59 de Barcelona y los 27,88 de Valencia, que superan la media de 26,08 días. Por debajo se situarían los 25,09 de Madrid; 24,85 de Las Palmas; 23,54 de Murcia y, por último los 16,32 días del centro Algeciras-Tarifa.

A propósito de estos datos, el informe del SEJ señala que se trata de un "sufrimiento inútil" y que son difíciles de precisar las causas que explicarían el mayor tiempo de estancia en Hoya Fría, si bien se inclinan a pensar que, dada la complejidad para identificar determinada nacionalidades, se produce mayor retraso en la aplicación de la expulsión o la expatriación forzosa. Récord de expulsiones

Precisamente, los números indican que en 2018 hasta seis de cada 10 inmigrantes internados fueron devueltos a sus países de origen. De un lado a través de devoluciones, cifradas en 7.203 personas, y de otro, 4.185 expulsiones.

Esto es así por la mayor presencia de marroquíes y argelinos, países con los que España tiene abiertos protocolos de repatriación.

En este sentido, desde el SEJ subrayan que "sólo los marroquíes, rumanos, colombianos y argelinos son repatriados por la facilidad para su identificación, algo que no sucede con los subsaharianos".

Jupol denuncia tuberculosis, sarna, otros intentos de fuga...

El Comité Provincial de Jupol, la organización sindical mayoritaria dentro del Cuerpo Nacional de Policía, quiere, según asegura en un comunicado, "contar la verdad de lo que realmente sucede con el CIE de Hoya Fría". Relatan que "hace tiempo, mucho antes de la reciente fuga masiva de internos, se han elevado informes y solicitado una reunión a los mandos de la Comisaría Provincial para tratar sobre las deficiencias en seguridad de estas instalaciones". Aclaran que "apenas un mes antes se produjo otra situación similar". Y explican: "Las puertas de contención de la zona donde se encuentran los internos, aún cerradas con llave, se abren con un fuerte empujón dado el deterioro y falta de mantenimiento". Advierten de que "la superioridad ha sido requerida, avisada e instada para que solucionara otra problemática: el positivo en tuberculosis de cierto número de internos. Pero han hecho caso omiso; ni se han adoptado medidas ni puesto en funcionamiento los protocolos establecidos, aunque no se cuenta con un módulo de aislamiento para enfermedades contagiosas". Desde Jupol añaden: "antes este centro ha habido desde casos de tuberculosis hasta sarna". La organización policial ha constatado que "no se ha hecho nada pese a notificar fugas y el hallazgo de pinchos e instrumentos de corte dentro de los módulos de los internos". Jupol recalca: "Otra cuestión que oculta la cúpula policial de la provincia es el número de policías que prestan servicio en las instalaciones. En ocasiones, la proporción es de más de cien internos para tres agentes". Para paliar esas carencias del personal asignado, dependiente de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, apostillan, "se detraen indicativos de radio patrullas de Seguridad Ciudadana cuando ni estos policías ni los propios destinados en el CIE poseen formación, entrenamiento y material adecuados en casos de motines". Además "esto deja a la ciudad sin patrullas policiales, como ya ha ocurrido en múltiples ocasiones, y los servicios deben ser derivados a la Policía Local". Desde Jupol resumen: "Los mandos policiales de esta provincia han hecho caso omiso a los requerimientos para buscar una solución. Además, con ello ponen en riesgo tanto la integridad física de los internos como la de los policías que prestan servicio allí". Cabe recordar que Jupol "ya denunció a primeros de año al Comisario General de Extranjería y Fronteras así como al director del CIE de Aluche (Madrid) por negligencias similares y no se descarta adoptar las mismas medidas judiciales en esta provincia".