En el espacio aéreo de San Mateo, sus vecinos ven pasar un hidroavión que va y viene a cargar agua para luchar contra las llamas. En tierra, más de 200 tejedenses, de los 500 evacuados, pasan las horas realojados en las instalaciones del polideportivo, el club de mayores y el local social de la Vega, a donde fueron llegando durante la madrugada de ayer después de ser desalojados de sus casas ante el peligro de que un inesperado giro del viento provocase que el incendio que desde el sábado arrasa la Cumbre alcanzase el pueblo de Tejeda y sus barrios aledaños.

Y así fue, afectó a varias viviendas en El Majuelo.

El polideportivo de San Mateo se convirtió ayer en un improvisado albergue para acoger a sus vecinos de Tejeda. Allí, Cruz Roja habilitó unas 60 camillas para descansar durante la noche, aunque el espacio tenía capacidad para más de 100. Y en el club de mayores las cafeteras salían como churros, además de zumos o galletas, entre otros muchos alimentos donados por innumerables empresas colaboradoras y organizaciones no gubernamentales.

En medio de una conversación con varias de sus vecinas, Nati Pérez, de La Culata, lamentó las consecuencias de un incendio provocado por una imprudencia. "Nuestra isla está quemándose y nosotros lo vemos con la impotencia de no poder hacer nada; le echamos la paciencia que se puede". A ella y a su familia los evacuaron pasadas las 02.00 horas de la madrugada. "Estaba durmiendo muy tranquila; aunque me imaginaba que acabarían evacuándonos dada la evolución que estaba teniendo el incendio y el aumento del viento", detalló. Por eso, antes de dormir, Nati fue previsora y preparó una mochila con ropa.

El drama de Nati y su familia fue doble, porque fueron evacuados dos veces en menos de 48 horas. La anterior fue el sábado, cuando se declaró un conato de incendio intencionado al lado de su vivienda. "Me entró pavor cuando abrí la puerta de mi casa y me encontré las llamas justo delante; sentí el miedo en la piel", explicó. Como otros muchos vecinos, atrás dejó terrenos y animales, aunque no corrieron peligro.

Tampoco corrieron peligro los 1.500 almendreros de la familia de Marta Quintana, empresarios de la Dulcería Nublo. "Estábamos asustados por si pudiese afectar a la plantación", afirmó Marta, dado que de allí sale la materia prima para elaborar todos sus productos. Como empresarios, no han cuantificado aún a cuánto asciende las pérdidas por el cierre de ayer, "pero eso nos da igual si todos nosotros estamos bien".

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, aseguró ayer que ha seguido la evolución del incendio "prácticamente en tiempo real" desde poco después de que se declaró, el sábado. En su opinión, el contexto actual de cambio climático debe llevar a repensar la relación de cooperación entre Canarias y el Estado con el fin de contar con las herramientas más adecuadas para abordar las nuevas circunstancias y atajar del mejor modo posible eventualidades no deseadas como los incendios forestales.

Morán explicó que estableció "contacto telefónico el domingo" con el presidente canario, Ángel Víctor Torres, ambos del PSOE. Como él mismo recordó, "el operativo de extinción de incendios no depende del Ministerio para la Transición Ecológica", en el que se encuadra su departamento. Sin embargo, la gravedad que fueron tomando los acontecimientos, le llevó a abrir una vía directa de comunicación con el fin de conocer de primera mano el desarrollo de los trabajos. Un interés que compartieron, según sus afirmaciones, los ministerios de "Agricultura, Pesca y Alimentación; Defensa e Interior", estos tres sí, con efectivos destacados en Gran Canaria. De ese modo, el secretario de Estado de Medio Ambiente dejó constancia de la implicación de la Administración central y la puesta a disposición del Archipiélago de cuantos medios han sido precisos. No obstante, señaló que el contexto climático ha cambiado y la relación podría mejorarse en un futuro próximo.

"Los impactos climáticos a los que nos aproximamos cambian la realidad sobre la que estamos acostumbrados a movernos. En función de ello, probablemente Canarias tenga que repensar una estrategia de carácter general, tanto de cooperación con el Estado como interna de toda su estructura administrativa, municipal, insular y autonómica", señaló Hugo Morán.

Toda vez que se establezcan esas líneas maestras, el secretario de Estado de Medio Ambiente abogó por escoger "las mejores herramientas de respuesta para las nuevas situaciones", que, a su juicio, serán "más complicadas". Según avanzó, el nuevo Gobierno de Canarias podría comenzar a trabajar en breve para enfrentar ese marco más hostil por la escasez de lluvias.

Morán afirmó que la disposición al diálogo para estas cuestiones existe en Madrid, "más allá de que en estos momentos todos los recursos que hay disponibles se hayan puesto a disposición del operativo" que lucha contra las llamas en Gran Canaria.

"Primero el ser humano y luego las casas"