Jessel Ayra Plasencia y Félix Machín -su director de tesis-, investigadores de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (HUNSC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), han publicado en la revista científica Nature Communications un trabajo que, de corroborarse, obligaría a revisar uno de los principios centrales de la biología celular.

Los investigadores tinerfeños han descubierto en concreto que las células de levadura, las cuales se utilizan frecuentemente en la investigación biomédica, son capaces de frenar su crecimiento en la última fase del crecimiento celular (telofase) si sufren roturas de ADN. Esto supone el hallazgo de un nuevo comportamiento que, hasta la fecha, no había sido observado y que permitiría que se revierta parcialmente la separación de los cromosomas, un fenómeno que estaba considerado hasta ahora irreversible.

El último número de la revista Nature Communications ha publicado el hallazgo bajo el título DNA double-strand breaks in telophase lead to coalescence between segregated sister chromatid loci, en el que se resumen los tres años de este estudio y los logros que se han obtenido.

En cierto modo, el desarrollo de esta investigación resuelve la llamada paradoja de la telofase, que consiste en que las células utilizan un programa de reparación que usa ADN duplicado como molde cuando, en realidad, ya se han separado ambas copias entre las células denominadas hijas. El trabajo de los dos investigadores del hospital tinerfeño revela que estos tratamientos, que se han realizado con compuestos que simulan los efectos de los tratamientos de la radioterapia y la quimioterapia antitumoral, hacen que las células en telofase reviertan esa separación de cromosomas. De confirmarse en el futuro y, si se pueden extender los resultados a otros tipos celulares, habría que replantearse uno de los principios centrales de la biología celular.

En lo que respecta a las células de levadura, estas se han utilizado debido a que en la actualidad son el único modelo celular que se puede sincronizar de forma estable en telofase, algo que resulta indispensable para poder obtener una información entendible de la respuesta celular al tratamiento.

Si lo que han observado en estas células Plasencia y Machín -que ahora deberá ser corroborado en otro proceso científico- fuera extrapolable a las células humanas, tendría una grandísima repercusión en el área de la investigación oncológica, ya que la radioterapia y la mayoría de la quimioterapia antitumoral están basadas en la rotura del ADN como mecanismo final.

Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través del Programa Estatal de I+D+i, cofinanciado a su vez con fondos europeos. Sin duda, un nuevo logro para los investigadores canarios que demuestran su faceta puntera.