La Palma apura sus opciones para acoger el Telescopio de Treinta Metros (TMT), después de las dificultades que ha encontrado la ejecución del proyecto en Hawái por la oposición de la población nativa a su instalación en la montaña sagrada de Mauna Kea. Pero, para ello, la Isla Bonita debe resolver algunos obstáculos administrativos que, a día de hoy, impiden que la construcción del gran telescopio pueda iniciarse de forma inmediata.

El Cabildo palmero se encuentra en estos momentos modificando el expediente de ocupación de los terrenos tras una sentencia judicial que lo anulaba por la falta de la preceptiva declaración de impacto ambiental, un trámite que ya ha sido subsanado. Las previsiones de la corporación insular son culminar esta tarea a finales de agosto, de manera que el consorcio que promueve la construcción del TMT pueda solicitar la licencia en la primera quincena de septiembre y que esta pueda estar concedida en octubre.

Pese a estas previsiones -expresadas recientemente por el presidente del Cabildo, Mariano Zapata, y por el vicepresidente de la institución, Anselmo Pestana-, el consorcio del telescopio advierte de que Hawái continúa siendo su primera opción como destino de este proyecto científico y que la isla canaria "no ha completado todos los procesos regulatorios". "El emplazamiento La Palma -las cumbres de Puntagorda- es un excelente lugar para la astronomía, pero no hemos completado todos los procesos regulatorios allí y no hay una previsión de cuándo se hará, por lo que no es viable en ese sentido en este momento ", señaló Gordon Squires, vicepresidente de asuntos externos de TMT, en declaraciones recogidas por el periódico hawaiano Hawaii News Now.

La postura del organismo internacional que dirige la instalación del Telescopio de Treinta Metros contrasta con la manifestada hace menos de una semana por el ministro de Ciencia español, Pedro Duque, quien, tras reunirse en Tenerife con el Consejo Rector del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), aseguró que las administraciones españolas y canarias están "listas" para convertir a La Palma en el destino definitivo de una infraestructura científica que se convertirá en el instrumento de observación astronómica más potente de la historia.

La tramitación por parte de las instituciones palmeras del procedimiento dirigido a que la Isla pudiera acoger el TMT se topó con dificultades en la fase de cesión de los terrenos donde se erigiría el telescopio, propiedad del Ayuntamiento de Puntagorda, al IAC. La ausencia del informe de declaración ha invalidado este acto, tal y como han corroborado los tribunales de Justicia.

Este escollo complica ahora las aspiraciones de las administraciones españolas y canarias de traer a La Palma el Telescopio de Treinta Metros, una posibilidad que parecía descartarse definitivamente cuando el consorcio optó por Hawái y que ahora ha reactivado la fuerte oposición que ha encontrado el proyecto entre la población nativa del archipiélago del Pacífico central.

El apoyo de las celebridades

La lucha de los hawaianos, que han bloqueado el acceso a la cumbre del Mauna Kea, ha recabado apoyos y ganado en simpatías. Artistas internacionales naturales del archipiélago se han sumado a ella, caso del cantante Bruno Mars y, sobre todo, del actor Jason Momoa. El intérprete de Juego de tronos y Aquaman se ha convertido en el rostro más visible del movimiento que rechaza la construcción del TMT en la cima de un volcán sagrado para los nativos. En su perfil de Instagram, Momoa lució el pasado sábado un tatuaje efímero que rezaba TMT Canary Islands Discovery, respaldando así la opción de La Palma como destino del telescopio. También la estrella del cine de acción y comedia Dwayne La Roca Johnson y Leonardo Dicaprio -conocido por su compromiso ecologista- han expresado su solidaridad con la población hawaiana movilizada en las inmediaciones de la montaña sagrada. Johnson visitó las protestas, en tanto que el protagonista de Titanic publicó un duro mensaje en su cuenta de Instagram contra lo que considera "imperialismo científico".

Tampoco la comunidad científica mantiene una posición monolítica. Unos 500 astrofísicos han pedido en una carta abierta que no se criminalice la protesta de los nativos hawaianos y demandan respeto para sus creencias espirituales. En Canadá, uno de los países representados en el consorcio internacional que promueve la ejecución del telescopio -junto a EEUU, Japón o China-, han surgido voces críticas con el proyecto por su afección a la cultura y el patrimonio indígenas.

Antes de que comenzaran las movilizaciones -que han impedido el inicio de los trabajos- se desarrolló una larga batalla legal, que concluyó en octubre de 2018, cuando la Corte Suprema del Estado de Hawai dictaminó que el permiso de construcción del TMT en la cumbre del Mauna Kea -la más alta del archipiélago estadounidense- era válido.

Las claves

  • Sentencia. Una sentencia judicial anuló hace unos meses el acto administrativo por el que se cedían los terrenos al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) porque carecía de declaración de impacto ambiental, lo que ha obligado a reiniciar el expediente.
  • "Relativamente sencillo". El Cabildo de La Palma sostiene que ya cuenta con la declaración, por lo que rehacer el expediente debe ser "un trámite relativamente sencillo".
  • Hawái, aún la primera opción. El consorcio del TMT sigue considerando que Hawái es el emplazamiento idóneo para el telescopio, pese a las protestas que mantienen paralizada la ejecución del proyecto desde que se iniciaron las obras.
  • Procesos regulatorios sin culminar. El organismo internacional valora las características de La Palma, aunque constata que "no ha completado los procesos regulatorios" necesarios para instalar la infraestructura científica.