En los últimos meses se ha producido una tendencia a la disminución de los robos de aguacates. Así se expresa Wenceslao Rodríguez Barona, gerente de la sociedad Agro Rincón, de La Orotava. Según sus estimaciones, ese descenso puede llegar al 50 por ciento respecto a la temporada 2017-2018. Atribuye esa reducción de los delitos a que los productores se han concienciado sobre la necesidad de adoptar medidas, como cerrar mejor sus fincas o instalar cámaras. Además, apunta que hay más control de la compra-venta del producto, gracias a la intervención del Instituto de Calidad Agroalimentaria del Gobierno canario. Pero también destaca el trabajo desarrollado en los últimos años por el Equipo ROCA de la Guardia Civil.

Esta unidad se creó en el 2013, ante la proliferación de delitos contra el patrimonio en empresas agrarias o ganaderas de diverso tamaño. Un agente de este grupo estima que en Tenerife se plantan unas 500 hectáreas de aguacate y el 80% de ellas están situadas en el Norte de la Isla. Las motivaciones de los delincuentes pueden ser, principalmente, dos: ahorrarse pequeños costes de manutención o, la mayor parte, para obtener dinero con la venta de la fruta.

Este guardia señala que los afectados por las sustracciones "siempre deben denunciar", por insignificante que pueda parecer la cantidad, ya que, a veces, ese tipo de delitos les llevan a descubrir a grupos de ladrones con cierta organización.

Según el trabajo desarrollado en los últimos años por parte de los citados agentes, los robos en explotaciones agropecuarias son cometidos en la mayoría de las ocasiones por "delincuencia local, muchas veces vecinos de los afectados, que tienen controlados los horarios de los trabajadores, medianeros o propietarios". Y, normalmente, los acusados tienen antecedentes policiales por delitos diversos.

Los autores de estas sustracciones pueden vender los productos sustraídos "puerta a puerta, en establecimientos dedicados a la venta de fruta o en restaurantes; en este último tipo de empresas se han llegado a imputar a personas por usar aguacates robados".

La base del Equipo ROCA en Tenerife se halla en la compañía del Puerto de la Cruz y estos agentes trabajan de forma coordinada con otras unidades de la Guardia Civil, como distintos grupos de Policía Judicial, áreas de Investigación, patrullas de Seguridad Ciudadana o del Seprona.

Como es lógico, los ladrones acceden a las huertas a través de los lugares más recónditos, ocultos o menos transitados de las propiedades.

Además de tratar de atrapar a los delincuentes, los mencionados agentes también sugieren a los productores agrarios que adopten medidas de seguridad preventivas, cuando puedan afrontarlas, como la instalación de cámaras de seguridad, lo que facilita la captura de los implicados en los robos y que estos no se sientan tan impunes.

Los integrantes del ROCA trabajan de paisano y para poder atrapar a los ladrones deben efectuar un minucioso trabajo, que incluye apostaderos y vigilancias. Gracias a esa labor, han llevado a cabo unas siete intervenciones de gran envergadura y recientemente se explotó la operación Uralita, con la detención e investigación de ocho personas por apropiarse de alrededor de 1.000 kilos de aguacates y aperos de labranza. Entre ellos figuraba un receptador de tales herramientas.

El agente consultado aclara que los comerciantes deben conservar los albaranes de compra de los productos y justificar la procedencia de su mercancía.