Diversas conversaciones entre el acusado de realizar los disparos sobre la víctima y su pareja sentimental fueron interceptadas por los investigadores del asesinato de Carlos Machín. En aquel momento, dicha persona ya estaba en el centro penitenciario Tenerife II, ya que, tras ser detenido en La Laguna por agredir a otro hombre, ingresó en la cárcel para cumplir una pena de cinco años por tres delitos de tráfico de drogas y otro por tenencia ilícita de armas.

En una de ellas, el citado procesado, Ernesto Inocencio O.H. le asegura a su pareja que, cuando salga de la cárcel, van a viajar a Galicia o a Italia.

Ese comentario fue interpretado por los agentes como que iba a disponer de una gran cantidad de dinero.

Y una de las hipótesis barajadas por los integrantes del Grupo de Homicidios y sus colaboradores es que tales recursos económicos podían proceder del asesinato del empresario afincado en La Laguna y natural de El Hierro (Carlos Machín).

Además, cabe recordar que, en su momento, tras ser detenido, el ahora acusado de conducir un coche robado hasta la Escuela Oficial de Idiomas de La Laguna reconoció a los policías que había trasladado a Ernesto Inocencio O.H. hasta el citado enclave y que fue este último quien efectuó los disparos contra la víctima.

Además, apuntó que Ernesto le había dicho que fue el abogado Evaristo González Reyes quien le encargó ese trabajo y que por dicha actuación le prometió pagarle unos "40.000 o 50.000 euros".

Respecto a Ernesto Inocencio, los profesionales del cuerpo de seguridad descubrieron que era propietario de un inmueble en el municipio de Fasnia y que su hijo recibía dinero por el alquiler.

Sin embargo, en las conversaciones intervenidas, se llega a aclarar que esos ingresos deberían ser para pagar al abogado, aunque no se especifica quién es.

El hijo de Ernesto Inocencio también llegó a estar en la cárcel a la vez que su padre, pero salió antes de que se conociera la presunta vinculación de su progenitor con los hechos de La Verdellada.

Según las conclusiones a las que han llegado los policías nacionales, Ernesto Inocencio fue la persona con la que contactó el presunto autor intelectual del asesinato, Evaristo González Reyes, cuando presuntamente decidió acabar con la vida de Carlos Machín.

Respecto a Julio David G.O. es una persona natural de La Orotava y que, en el momento en que se produjo el trágico suceso, supuestamente residía en una vivienda del núcleo de San Isidro con su pareja.

En aquel momento, su actividad laboral conocida consistía en la venta de vehículos de segunda mano o piezas de estos, para lo que utilizaba una explanada próxima a un taller situado en la zona de Guargacho, en el municipio de Arona.

Cuando Ernesto Inocencio O.H. fue detenido en La Laguna e ingresó en prisión, la única persona que acude a verlo a Tenerife II es, precisamente, Julio David G.O., según las pesquisas realizadas hasta ahora por los investigadores.

Además, los policías nacionales tienen el convencimiento de que, tras la ejecución de Carlos Machín, Julio David y Ernesto Inocencio pernoctaron en una vivienda de La Laguna y, a la mañana siguiente, se desplazaron juntos hasta la zona de Guaza, en Arona.

En ese enclave del Sur de Tenerife, los agentes del Grupo de Homicidios estiman que permaneció escondido Ernesto durante 18 días.

Y, tras dos semanas y media, dicho acusado regresó a su domicilio habitual, situado en el municipio de Güímar.